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11 de junio de 2025 a las 04:00

Unidos por la migración: México y EUA

En un contexto de creciente tensión y preocupación por las redadas masivas contra migrantes indocumentados en Estados Unidos, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) alza la voz para recordar la fundamental hermandad que une a todos los seres humanos. Con un llamado a la construcción de un mundo mejor, la CEM se solidariza con las manifestaciones que han surgido en diversas ciudades estadounidenses como Los Ángeles, San Francisco y Austin, en respuesta a las políticas migratorias actuales.

El comunicado, emitido por Mons. Eugenio Lira Rugarcía, Obispo de Matamoros-Reynosa y responsable de la Dimensión Episcopal de Pastoral de Movilidad Humana (DEPMH), subraya la crucial distinción entre la generalización y la realidad individual. Si bien reconoce la legítima preocupación por la seguridad en las comunidades, el obispo Lira Rugarcía enfatiza que no se puede estigmatizar a todo un grupo por las acciones de algunos. "Es necesario distinguir", insiste el comunicado, recordando que la gran mayoría de los migrantes indocumentados contribuyen positivamente al desarrollo de las comunidades donde viven y trabajan, aportando su fuerza laboral y enriqueciendo el tejido social.

El mensaje de la CEM trasciende la simple condena a las redadas, proponiendo un enfoque constructivo y de largo plazo. La solución, afirma Mons. Lira Rugarcía, no reside en medidas represivas, sino en una estrategia integral que aborde las raíces del problema. Se hace un llamado a la creación de un sistema de inmigración justo y eficiente que permita a las personas regularizar su situación de manera digna, evitando así la necesidad de recurrir a vías irregulares que solo complican la vida de todos, tanto de los migrantes como de las comunidades receptoras.

Este llamado a la empatía y la acción conjunta resuena con fuerza en un momento en que el debate migratorio a menudo se ve polarizado por discursos de odio y discriminación. La CEM nos invita a mirar más allá de los prejuicios y reconocer la humanidad compartida que nos une. La imagen de la Virgen de Guadalupe, invocada en el comunicado, simboliza la esperanza y la protección para todos, especialmente para aquellos que sufren la persecución y la violencia.

La postura de la CEM no se limita a una simple declaración de principios, sino que se traduce en acciones concretas de acompañamiento y apoyo a las comunidades migrantes. A través de la DEPMH, la Iglesia Católica Mexicana trabaja incansablemente para brindar asistencia integral a los migrantes, desde la atención de sus necesidades básicas hasta la defensa de sus derechos. Este compromiso se manifiesta en la presencia constante en albergues, comedores comunitarios y centros de atención legal, ofreciendo un rayo de esperanza en medio de la incertidumbre y la adversidad.

La invitación a construir un mundo mejor no es una utopía inalcanzable, sino un desafío que exige la participación de todos. Requiere un cambio de mentalidad, una apertura al diálogo y la construcción de puentes de solidaridad que permitan la integración plena de los migrantes en la sociedad. Solo a través del respeto, la comprensión y la colaboración podremos crear un futuro donde todos tengan la oportunidad de vivir con dignidad y alcanzar su pleno potencial, sin importar su origen o estatus migratorio.

Fuente: El Heraldo de México