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11 de junio de 2025 a las 09:15

Supera la crisis

La tensión entre México y Estados Unidos se asemeja a un fino hilo de cristal, al borde de romperse. Desde la administración de AMLO hasta la actual gestión de Claudia Sheinbaum, la relación bilateral ha navegado por aguas turbulentas. Justo cuando parecía que la calma volvía, la reciente ola de redadas y las subsecuentes protestas en Los Ángeles, que se han extendido como un reguero de pólvora a otras ciudades, nos colocan al borde de una crisis de consecuencias impredecibles. Alguien, intencionadamente, parece empeñado en dinamitar los frágiles pilares que sostienen el vínculo económico, político y social más importante para México.

En medio de este escenario incendiario, el gobierno de Trump acusa a la presidenta Sheinbaum de instigar las protestas. Si bien es cierto que se han registrado algunos incidentes violentos, estos representan una minoría. La inmensa mayoría de nuestros compatriotas en Estados Unidos son personas trabajadoras, estudiantes, individuos que contribuyen significativamente a la prosperidad del país. Sin embargo, la administración estadounidense se aferra a las imágenes de unos cuantos alborotadores para alimentar su retórica antiinmigrante y justificar sus acciones. Han encontrado en Sheinbaum la figura perfecta para señalar como la responsable, la "mano que mece la cuna" de las protestas.

La Presidenta se encuentra en el ojo del huracán, y con ella, todo México. Si no se actúa con rapidez y diplomacia para desactivar esta bomba de tiempo, nos encaminamos hacia una crisis sin precedentes en décadas. Por primera vez en la historia, el gobierno estadounidense acusa directamente al Ejecutivo mexicano de orquestar disturbios y violencia en su territorio. Las palabras de la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, resonaron con fuerza desde el Despacho Oval: "Claudia Sheinbaum salió a alentar las protestas en Los Ángeles y la condeno por eso". Su cercanía física con Trump durante la declaración deja entrever una clara estrategia coordinada. ¿Comparte el presidente esta visión?

Todo parece indicar que sí. Horas después, Trump declaró que Los Ángeles está siendo invadida por un "enemigo extranjero", en clara alusión a las protestas. Sus palabras, cargadas de dramatismo, pintan un escenario apocalíptico: "No permitiremos que una ciudad estadounidense sea invadida y conquistada por un enemigo extranjero". Fue aún más lejos al afirmar que lo que ocurre en California es "un ataque en toda regla a la paz, el orden público y la soberanía nacional, perpetrado por alborotadores que portan banderas extranjeras con el objetivo de continuar una invasión extranjera".

Aunque Sheinbaum ha condenado reiteradamente las protestas violentas, algunas de sus declaraciones previas han sido manipuladas para encajar en la narrativa del gobierno estadounidense. Su frase "De ser necesario, nos vamos a movilizar", pronunciada en una gira en San Luis Potosí, ha sido sacada de contexto. Originalmente se refería a las remesas y la posible imposición de tarifas, pero en el actual clima de tensión, sus palabras han adquirido un significado distinto, alimentando la controversia.

Ante la creciente ola de acusaciones, Sheinbaum recurrió a X para aclarar su postura y contener la crisis: "Hace unos momentos, ante una pregunta de un medio, la Secretaria de Seguridad Interior de los Estados Unidos, equivocadamente mencionó que alenté protestas violentas en Los Ángeles. Le informo que es absolutamente falso". La situación es delicada. La crisis asoma la cabeza y amenaza con desbordarse, alcanzando niveles no vistos en décadas. ¿Quién tendrá la capacidad y la voluntad política para detenerla? El futuro de la relación bilateral pende de un hilo.

Fuente: El Heraldo de México