La promesa de un respiro para los miles de mexiquenses que diariamente se enfrentan al caos vial pende de un hilo. El ambicioso proyecto del Metromex, la red de transporte público que busca conectar el Estado de México con la Ciudad de México a través de un moderno sistema de tren ligero, se encuentra en una carrera contrarreloj. El tic-tac del calendario resuena con fuerza, marcando un plazo que se agota rápidamente.

El decreto publicado en la Gaceta Oficial del Estado de México, con su artículo 264, establece un periodo de un año para la puesta en marcha del Sistema de Transporte Colectivo Metro Mexiquense. Si bien la entrada en vigor de la ley se dio el 21 de mayo de 2024, el plazo efectivo para el inicio de las obras comenzó el 3 de julio del mismo año, dejando un margen de maniobra que se reduce con cada día que pasa.

La sombra de la incertidumbre se cierne sobre el proyecto, mientras la actual administración se enfrenta al desafío de completar los complejos procesos administrativos necesarios para dar el banderazo de salida a las construcciones. Menos de un mes separa al Estado de México de un posible incumplimiento, un escenario que podría retrasar indefinidamente la materialización de esta vital obra de infraestructura.

El Metromex, concebido como una solución integral a los problemas de movilidad en la región, promete no solo agilizar los traslados, sino también mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. Sus ocho líneas proyectadas, cuatro de las cuales conectarían directamente con el Metro de la CDMX (Líneas 2, 4, 5 y 6), se vislumbran como arterias vitales que impulsarían el desarrollo económico y social del Estado de México.

Imaginemos un futuro donde el trayecto de Las Américas a Tlalnepantla (Línea 1) se realice con la fluidez y comodidad de un moderno tren ligero. Visualicemos la conexión directa entre Cuatro Caminos y Tlalnepantla (Línea 2), facilitando el acceso a importantes centros de trabajo y comercio. Pensemos en la posibilidad de viajar desde Las Américas hasta Cuautitlán Izcalli (Línea 3) sin las complicaciones del tráfico habitual.

La conexión con la CDMX a través de las Líneas 2 (Cuatro Caminos-Tlalnepantla), 4 (Martín Carrera-Tepexpan), 5 (Politécnico-Atizapán) y 6 (Pantitlán-Coatepec) representa una oportunidad única para integrar la región metropolitana, optimizando la movilidad y fomentando el intercambio comercial y cultural. Además, las Líneas 7 (Los Reyes-Texcoco) y 8 (Naucalpan-Guerrero) completarían una red de transporte que abarcaría amplias zonas del Estado de México, conectando municipios clave y dinamizando la economía local.

La pregunta que resuena en la mente de todos es: ¿logrará la administración actual sortear los obstáculos burocráticos y dar inicio a las obras del Metromex antes de que expire el plazo? El futuro de la movilidad en el Estado de México depende de la respuesta. La esperanza de un transporte público eficiente, moderno y accesible se mantiene viva, a la espera de que el proyecto del Metromex se convierta en una realidad. La cuenta regresiva continúa.