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11 de junio de 2025 a las 23:30

Salamanca dice Sí a la Paz

Salamanca, Guanajuato, se convierte en epicentro de la paz. La esperanza renace en forma de un programa que busca no solo desarmar las calles, sino también los corazones. "Sí al desarme, sí a la paz" no es solo un lema, es una declaración de intenciones, un compromiso con la vida y la tranquilidad que todos merecemos. Imaginen una Salamanca donde los niños jueguen sin miedo, donde las familias caminen tranquilas por las noches, donde la violencia sea un recuerdo lejano. Este es el futuro que se construye hoy, con cada arma entregada, con cada munición canjeada por la promesa de un mañana mejor.

El programa, que ya ha cosechado importantes logros a nivel nacional con la recepción de más de 6,500 armas desde 2019, llega a Salamanca en un momento crucial. La cifra de 1,315 armas largas entregadas es impactante, una muestra tangible del poder transformador que tiene la voluntad colectiva de decir "no" a la violencia. Cada una de esas armas representa una historia de dolor potencialmente evitada, una vida salvada, una familia que puede dormir tranquila.

En esta ocasión, el Santuario Señor del Hospital se convierte en un santuario de paz, un lugar donde la fe y la esperanza se unen para ofrecer una alternativa a la violencia. Desde el 11 hasta el 20 de junio, las puertas estarán abiertas para todos aquellos que deseen dejar atrás el miedo y abrazar la paz. El proceso es sencillo, anónimo y, sobre todo, seguro. No hay preguntas, no hay juicios, solo la oportunidad de contribuir a la construcción de una comunidad más segura.

Piensen en ello: un simple gesto puede cambiar el destino de una ciudad. Entregar un arma no es un signo de debilidad, sino de valentía, de responsabilidad, de amor por Salamanca. Es apostar por la vida, por el futuro, por la tranquilidad de nuestros hijos y nietos.

Y para los más pequeños, el programa ofrece una lección invaluable: el cambio empieza por nosotros mismos. Intercambiar juegos bélicos por juguetes recreativos es un símbolo poderoso, una forma de enseñar a las nuevas generaciones que la paz se construye desde la infancia, que jugar no es sinónimo de violencia, que existen otras formas de divertirse, de crecer, de relacionarse.

Este no es solo un programa de gobierno, es un llamado a la acción, una invitación a participar en la construcción de la paz. Es la oportunidad de ser parte de algo grande, de algo trascendental. Salamanca nos necesita a todos, unidos, trabajando juntos por un futuro donde la paz no sea una utopía, sino una realidad palpable. Acudamos al Santuario Señor del Hospital, no solo a entregar armas, sino a entregar esperanza, a sembrar la semilla de un futuro mejor para todos. El cambio está en nuestras manos. No dejemos pasar esta oportunidad. Juntos, podemos construir la Salamanca que soñamos.

Fuente: El Heraldo de México