De la cima del éxito musical a la sombra de una celda. La trágica historia de Ricky Lamar Hawk, mejor conocido como Silentó, el joven detrás del viral "Watch Me (Whip/Nae Nae)", ha dado un giro desgarrador. En un abrir y cerrar de ojos, el rapero pasó de ser un ícono juvenil a un convicto sentenciado a 30 años de prisión por el asesinato de su primo, Frederick Rooks III. Una condena que, si bien reconoce sus problemas de salud mental, deja un sabor amargo tanto para la familia de la víctima como para quienes fueron testigos del meteórico ascenso y la estrepitosa caída del artista.

El fatídico incidente ocurrió la madrugada del 21 de enero de 2021 en el condado de DeKalb, Georgia. Rooks, de 34 años, fue encontrado sin vida con múltiples impactos de bala. La evidencia, incluyendo datos de GPS y grabaciones de cámaras de seguridad, apuntaba directamente a Silentó. La fiscalía, liderada por Sherry Boston, reconstruyó los hechos: Silentó recogió a su primo en un BMW blanco antes del altercado. Una disputa personal, aún no del todo esclarecida, desembocó en la tragedia. Los intentos de Hawk por ocultar el crimen, según la fiscalía, agravaron su situación legal.

El juicio, que culminó el 11 de junio, puso sobre la mesa los demonios que atormentaban a Silentó. La defensa argumentó problemas de salud mental, logrando una reducción en los cargos. Sin embargo, la jueza Courtney L. Johnson dictó una sentencia de 30 años, descontando el tiempo que Hawk ya había pasado tras las rejas desde su arresto en febrero de 2021. La familia de Rooks expresó su inconformidad, considerando la pena insuficiente para el dolor causado. La familia de Silentó, por su parte, se encuentra dividida entre el apoyo a su recuperación y la incapacidad de perdonar sus actos.

La historia de Silentó es un reflejo de la fragilidad del éxito y la importancia de la salud mental. En 2015, con tan solo 17 años, conquistó al mundo con "Watch Me (Whip/Nae Nae)", un himno generacional que lo catapultó a la fama. Su estilo fresco y sus coreografías virales lo llevaron a ser comparado con figuras como Usher, Future y Ciara, e incluso a ganar un premio Soul Train. Pero detrás de la sonrisa y el ritmo contagioso, se escondía una batalla interna.

En 2019, Silentó confesó en el programa "The Doctors" que la fama había exacerbado una depresión que arrastraba desde una infancia marcada por la violencia doméstica y el consumo de sustancias. Sus problemas con la ley se hicieron cada vez más frecuentes: arrestos por violencia doméstica, un incidente con un hacha en Los Ángeles, exceso de velocidad en Georgia y un intento de suicidio. El asesinato de su primo fue el punto de no retorno en una espiral descendente que terminó con su carrera y su libertad.

Ahora, desde una celda en Georgia, Silentó enfrenta las consecuencias de sus actos. La posibilidad de una revisión de su caso en el futuro ofrece un tenue rayo de esperanza. Su defensa podría solicitar ayuda profesional continua para sus problemas mentales, un paso crucial para su rehabilitación. Mientras tanto, la música que una vez lo llevó a la cima se silencia, dejando una melodía inconclusa y una reflexión sobre la compleja relación entre la fama, la salud mental y las tragedias que pueden acechar en las sombras.