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12 de junio de 2025 a las 00:55

Rafita: Hallan su cuerpo tras 5 años

Cinco años. Cinco largos años de angustia, de incertidumbre, de un vacío que carcomía el alma. Cinco años buscando incansablemente a Rafael, un niño de apenas 12 años cuya sonrisa se apagó un fatídico 6 de octubre de 2020. Hoy, ese silencio desgarrador se rompe con una noticia que, si bien trae un atisbo de cierre, profundiza el dolor: Rafita ha sido encontrado, pero no como todos esperaban. Sus restos descansaban, ocultos, en el lugar que debería haber sido su refugio, su hogar, la casa que compartía con su padre y madrastra.

La noticia, confirmada por el Colectivo Voz de los Desaparecidos Puebla, ha conmocionado a la sociedad. La esquela publicada en redes sociales, acompañada de la foto de un niño con la mirada llena de vida, ahora solo evoca la crueldad de su destino truncado. "Hoy la búsqueda terminó", reza el mensaje, palabras que encierran una mezcla de alivio y desolación, la paradoja de encontrar lo que se buscaba, pero no como se anhelaba. El pésame ofrecido a la madre, Teresa Vega, y a su familia, se queda corto ante la magnitud de la tragedia.

La Fiscalía General de Puebla, tras meses de análisis y pruebas genéticas realizadas a los restos hallados en abril de 2025 en la colonia Playas del Sur, ha confirmado la terrible verdad. Un peritaje que ha puesto fin a la incertidumbre, pero que ha abierto una herida aún más profunda. La casa donde Rafita vivía con su padre y madrastra, la misma que fue abandonada precipitadamente tras la denuncia de desaparición, guardaba el secreto más oscuro. La historia contada por María Elva N, la madrastra, sobre la salida de Rafita a comprar una lata de frijoles de la cual nunca regresó, ahora se tiñe de un matiz siniestro.

El Colectivo Voz de los Desaparecidos, con la incansable Teresa Vega al frente, nunca perdió la esperanza. A pesar de una primera inspección infructuosa en 2024, la intuición de una madre, ese sexto sentido que se agudiza ante la desesperación, los llevó a regresar al lugar. Y allí, enterrados en la tierra que debería haber sido testigo de juegos y risas infantiles, encontraron los restos óseos que ahora, tras un minucioso proceso forense, han sido identificados como los de Rafael.

La pregunta que ahora resuena con fuerza es ¿qué sucedió realmente con Rafita? ¿Cómo pudo ocurrir semejante atrocidad en el seno de su propia familia? La ausencia de detenidos o sospechosos hasta el momento alimenta la indignación y la exigencia de justicia. Las autoridades tienen la obligación de esclarecer los hechos, de llegar hasta el fondo de este caso que ha conmocionado a Puebla y al país entero.

Mientras tanto, Teresa Vega, una madre que durante cinco años recorrió un tortuoso camino de búsqueda, finalmente podrá dar sepultura a su hijo. Un adiós cargado de dolor, pero también de la certeza de que Rafita, aunque ausente físicamente, vivirá por siempre en el corazón de quienes lo amaron. Su memoria se convertirá en un recordatorio constante de la importancia de proteger a la infancia, de luchar contra la impunidad y de exigir justicia para las víctimas de la violencia. Que el recuerdo de Rafita sea una semilla de esperanza en la lucha por un futuro donde ningún niño tenga que sufrir un destino tan cruel.

Fuente: El Heraldo de México