La culminación del cómputo de actas por parte del INE representa un hito en la consolidación de la democracia mexicana. El exhaustivo proceso, que abarcó la revisión de más de 83 mil actas en 300 juntas distritales, refleja la complejidad y la magnitud de esta histórica elección judicial federal. No solo se trata de números, sino de la transparencia y la meticulosidad con la que se ha llevado a cabo cada etapa, garantizando la legitimidad del proceso y la confianza ciudadana. Imaginen el trabajo titánico detrás de esta operación: funcionarios electorales, representantes de partidos, observadores, todos participando en un engranaje democrático para asegurar la limpieza y la imparcialidad del proceso.

El hecho de que el INE haya logrado un avance de casi el 100% en el cómputo, a pesar de los desafíos inherentes a una elección de esta envergadura, habla de la solidez y eficiencia de la institución. Es un testimonio del compromiso del INE con la democracia y con el respeto a la voluntad popular. Además, la aplicación de la “10 de 10”, una versión ampliada del artículo 38 constitucional, reafirma el compromiso con la transparencia y la ética en el ejercicio de la función judicial. Esta medida, que incluye la revisión de antecedentes y la sanción a quienes cuenten con sentencias condenatorias, busca garantizar que los nuevos magistrados y jueces sean personas íntegras y con un historial impecable.

Sin embargo, el camino no termina aquí. Los próximos pasos, incluyendo los cómputos estatales y la declaratoria de validez por parte del Consejo General del INE, son cruciales para la consolidación de este proceso. Estos momentos definirán la legitimidad de la reforma judicial y sentarán las bases para un Poder Judicial más independiente y transparente. La ciudadanía espera con expectación la entrega de las constancias de mayoría y la asunción de los nuevos cargos, con la esperanza de que estos cambios traigan consigo una justicia más eficaz y accesible para todos.

La decisión del INE de no realizar un recuento total de votos, apegándose a la normativa vigente, subraya la importancia de respetar los procedimientos establecidos y evitar acciones que pudieran generar incertidumbre o desconfianza en el proceso. Si bien es comprensible la preocupación por la transparencia, es fundamental que las decisiones se tomen con base en la ley y en los principios democráticos.

Finalmente, la conclusión de esta elección judicial representa una oportunidad para reflexionar sobre el futuro de la democracia en México. La participación ciudadana, la vigilancia de las instituciones y el compromiso con la legalidad son pilares fundamentales para construir un país más justo y democrático. El nuevo rostro de la justicia mexicana está por definirse, y es responsabilidad de todos velar por que se consolide con independencia, imparcialidad y apego a la ley.