
11 de junio de 2025 a las 18:00
Protestas pagadas: ¿Infiltrados en la lucha migratoria?
La figura del coronel retirado Eric Rojo emerge en medio de la turbulenta escena política estadounidense, con declaraciones que avivan el debate en torno a las protestas contra las redadas migratorias. Sus palabras, cargadas de una fuerte convicción, no solo cuestionan la legitimidad de algunas de estas manifestaciones, sino que también introducen un elemento de complejidad al vincularlas con sectores de la izquierda radical. La afirmación de que estas protestas están siendo orquestadas y financiadas por grupos con agendas políticas ocultas añade una nueva dimensión al conflicto, y exige un análisis más profundo sobre los verdaderos motores detrás de estas movilizaciones.
Rojo, quien orgullosamente reconoce su herencia mexicana, expresa su profunda desazón al ver la bandera de su país ondeando en medio del caos y la destrucción. Su analogía, imaginando la hipotética situación inversa de ciudadanos estadounidenses protestando en México con banderas de las barras y las estrellas, resuena con fuerza y nos invita a reflexionar sobre la delicada dinámica de las relaciones internacionales y el respeto a la soberanía de cada nación. La "pamba horrible" que, según él, se desataría en tal escenario, subraya la importancia del contexto y la sensibilidad cultural en momentos de tensión política.
Más allá de las implicaciones políticas, Rojo ofrece una perspectiva militar sobre el despliegue de 4,000 miembros de la Guardia Nacional y 700 marines en Los Ángeles. Su explicación, detallada y precisa, destaca que el objetivo principal de estas fuerzas no es reprimir las protestas, sino proteger infraestructuras federales y a los propios agentes federales. La mención de que los miembros de la Guardia Nacional son ciudadanos de Los Ángeles, que viven y trabajan en la ciudad, humaniza a estas figuras y las aleja de la imagen de una fuerza opresora externa. Su rol, según Rojo, es de apoyo logístico a la policía local, que se ve limitada en su capacidad de actuación debido al estatus de "ciudad santuario" de Los Ángeles.
El coronel retirado enmarca este despliegue dentro de un contexto histórico más amplio, recordando el precedente de la intervención del presidente Eisenhower en Alabama hace 60 años. La comparación, aunque separada por décadas y circunstancias distintas, ilustra la compleja relación entre el poder federal y estatal, y el papel de las fuerzas armadas en la gestión de conflictos internos. La decisión de Eisenhower de federalizar la Guardia Nacional de Alabama para garantizar el acceso de los niños afroamericanos a las escuelas establece un importante precedente legal y moral.
En definitiva, la intervención de Eric Rojo introduce una voz experimentada y matizada en el debate. Sus declaraciones, lejos de simplificar la compleja realidad de las protestas, invitan a la reflexión y al análisis crítico. La combinación de su experiencia militar y su herencia bicultural le otorga una perspectiva única, que enriquece la conversación y nos insta a mirar más allá de los titulares sensacionalistas. Su apoyo al despliegue de la Guardia Nacional, basado en su interpretación de la ley y la historia, añade un elemento crucial al debate sobre el uso de la fuerza militar en contextos civiles. El futuro dirá si este despliegue fue la medida adecuada para restablecer el orden y garantizar la seguridad de todos los involucrados.
Fuente: El Heraldo de México