La reciente reestructuración dentro de la bancada de Movimiento Ciudadano en el Congreso de Nuevo León ha generado un auténtico terremoto político, cuyas réplicas podrían sentirse con fuerza en los próximos meses. Más allá de las declaraciones del Coordinador Baltazar Gilberto Martínez Ríos, asegurando que estos cambios no afectarán la agenda legislativa, la realidad parece apuntar hacia un escenario mucho más complejo. La salida de Miguel Ángel Flores Serna, envuelta en la polémica por las acusaciones de acoso y presiones por parte de la diputada Rocío Montalvo, deja una herida abierta en el partido naranja. No se trata simplemente de un cambio de liderazgo, sino de una fractura que expone tensiones internas y que podría tener consecuencias significativas en el equilibrio de poder dentro del Congreso.

La denuncia de Montalvo, que va más allá del ámbito personal al señalar la falta de transparencia en la Secretaría de Movilidad y el manejo de la información sobre las nuevas unidades de transporte público, pone el dedo en la llaga sobre temas cruciales para la ciudadanía. La promesa de un transporte público eficiente y moderno, bandera del gobierno de Samuel García, se ve empañada por estas acusaciones, que alimentan la desconfianza y el escepticismo de la población. El incumplimiento en este rubro, sumado a otros problemas como los altos cobros de Agua y Drenaje, podrían erosionar la base de apoyo de Movimiento Ciudadano de cara a las próximas elecciones.

La incorporación de Glen Villarreal Zambrano a la bancada naranja, si bien llena el vacío dejado por Flores Serna, no garantiza la estabilidad. La falta de un candidato definido para la coordinación del partido en el Poder Legislativo evidencia la incertidumbre que reina en estos momentos. Este vacío de poder podría ser aprovechado por las fuerzas opositoras, particularmente el PRIAN, para ganar terreno y tomar el control de las decisiones en el Congreso. La figura de Rocío Montalvo, ahora como diputada independiente, se convierte en una pieza clave en este tablero político. Su voto podría ser decisivo en votaciones cruciales, incluso en temas sensibles como el juicio político contra el gobernador Samuel García, un asunto que hasta ahora se encontraba estancado por la falta de mayoría en el pleno.

A dos años de las próximas elecciones, el panorama para Movimiento Ciudadano se presenta desafiante. La pérdida de confianza ciudadana, alimentada por la falta de resultados en temas clave como la movilidad, la transparencia y la seguridad, podría traducirse en una merma de votos. A esto se suma el descontento generalizado por el aumento en el costo del pasaje del metro y las casetas de las autopistas, medidas que impactan directamente en el bolsillo de los ciudadanos. La inseguridad, a pesar de las estadísticas oficiales, sigue siendo una preocupación latente, especialmente tras los recientes incidentes que involucran a mandos policiales en diferentes municipios. En este contexto, la capacidad de Movimiento Ciudadano para recuperar la confianza de la ciudadanía y presentar una propuesta sólida de cara a las próximas elecciones será fundamental para su futuro político. La reestructuración en el Congreso es solo un capítulo más en esta historia que aún está por escribirse.