La incertidumbre se cierne sobre la Liga de Expansión MX. El sueño del ascenso, una ambición latente en los corazones de clubes y aficionados, se tambalea ante la fragmentación de la demanda conjunta interpuesta ante el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS). Lo que comenzó como una ofensiva unificada de diez equipos, decididos a revertir la controvertida decisión de eliminar el ascenso a la Liga MX, se ha visto mermado con la deserción de cuatro participantes clave: Cimarrones de Sonora, Atlante, Tampico Madero y Alebrijes de Oaxaca.

Este éxodo ha generado un mar de especulaciones y cuestionamientos. ¿Qué ha llevado a estos clubes a abandonar la lucha? ¿Se trata de una estrategia calculada o de la resignación ante un panorama adverso? José Alberto Castellanos, presidente de Leones Negros de la UdeG, uno de los seis equipos que se mantienen firmes en el proceso, apunta a una falta de comunicación y organización como posibles detonantes. "Lo correcto es que les pregunten directamente", declaró, sugiriendo que las razones detrás de cada deserción son particulares y merecen ser escuchadas de primera mano.

La sombra de la crisis financiera también se proyecta sobre la Liga de Expansión MX. La eliminación del subsidio de 20 millones de pesos anuales por parte de la Federación Mexicana de Fútbol (FMF) ha obligado a los clubes a apretarse el cinturón y a replantear sus estrategias financieras. Mientras Castellanos asegura que Leones Negros seguirá adelante "aunque tengamos sólo 10 pesos", Eduardo López, vicepresidente de Mineros de Zacatecas, reconoce el impacto del recorte: "Nos obliga a mover procesos como el de la Liga Premier y el de los niños que están con nosotros". Estas palabras reflejan la difícil situación que atraviesan muchos clubes, obligados a realizar ajustes dolorosos para mantenerse a flote.

En medio de este panorama turbulento, Samuel Hernández, presidente del Atlético La Paz, intenta calmar las aguas. Ha desmentido categóricamente la existencia de conflictos con los equipos que decidieron no firmar la demanda ante el TAS. Sin embargo, la realidad es que la unidad del circuito se ha visto fracturada, y la demanda, que inicialmente representaba la voz de la mayoría, ahora cuenta con el respaldo de apenas una tercera parte de los participantes.

La asamblea de dueños del 19 de junio se presenta como un escenario crucial para el futuro de la Liga de Expansión MX. En ella, los 16 propietarios tendrán la oportunidad de dialogar, confrontar posturas y, quizás, encontrar un camino que permita reconstruir la unidad y definir un rumbo claro para la competición. Mientras tanto, la resolución del TAS, esperada para los últimos meses del año, se convierte en la espada de Damocles que pende sobre el futuro del ascenso. ¿Se reabrirá la puerta a la Liga MX o se consolidará un sistema cerrado que limita las aspiraciones de los clubes de la Liga de Expansión? El tiempo, y el TAS, tendrán la última palabra. Lo que es innegable es que el fútbol mexicano vive un momento de profunda transformación, y la Liga de Expansión MX se encuentra en el epicentro de la tormenta.