El inigualable Christopher Landau, una figura que transciende la diplomacia, regresa a la Ciudad de México. Esta vez, no con la investidura de embajador, sino como subsecretario de Estado, un cargo que, sin duda, le permitirá retomar su apasionada exploración culinaria y cultural por las calles del centro histórico. Landau, más que un político, se ha convertido en un verdadero embajador de la gastronomía mexicana, conquistando los corazones de miles de seguidores en redes sociales con su genuino aprecio por los sabores, los aromas y la magia de la capital.

Su reciente visita, aunque breve, fue una muestra palpable de su profundo conocimiento y cariño por la ciudad. No se limitó a los protocolos diplomáticos, sino que se sumergió en la vibrante vida del Centro Histórico, redescubriendo esos rincones que lo cautivaron desde su llegada. Su itinerario, compartido con entusiasmo en sus redes, se convirtió en una guía gourmet para sus seguidores, una invitación a explorar la auténtica esencia de México a través de sus sabores.

La Taquería Arandas, ubicada estratégicamente cerca del cruce de Cinco de Mayo e Isabel la Católica, fue su primera parada obligada. No se trata solo de unos tacos al pastor, sino de una experiencia completa: la piña caramelizada, el toque cítrico del limón, la inigualable sazón de Doña Alma, la jalisciense que lo recibió con el cariño que solo se reserva para los verdaderos conocedores. Landau, con su característico humor, destacó la irresistible oferta de 3 tacos por 36 pesos, una joya gastronómica accesible para todos.

Pero su aventura culinaria no terminó ahí. Impulsado por el encargo de su esposa, Caroline Landau, se adentró en el laberinto de calles hasta llegar a la Cerería de Jesús, un oasis de luz y color ubicado detrás del Palacio Nacional. Este lugar, un tesoro escondido para muchos, ofrece una experiencia sensorial única: el aroma a cera, la delicada artesanía de las velas, la infinita gama de formas y colores. Landau, fascinado por la tradición y el detalle, encontró los candiles amarillos que buscaba y seguramente mucho más.

Finalmente, su periplo culminó en un lugar cargado de nostalgia: Jugos Canadá. Este emblemático establecimiento no solo ofrece jugos saludables y refrescantes, sino que representa un hito en la historia personal de Landau en México. Fue aquí donde disfrutó su primer almuerzo como embajador en 2019, un momento que sin duda marcó el inicio de su apasionado romance con la cultura mexicana.

La visita de Christopher Landau, más allá de su significado político, es un testimonio del poder de la gastronomía para conectar culturas y construir puentes. Su genuino interés por la cultura mexicana, su entusiasmo por compartir sus descubrimientos y su capacidad para conectar con la gente a través de la comida, lo convierten en un verdadero embajador del sabor y la tradición. Su regreso a México, sin duda, promete nuevas aventuras culinarias y un sinfín de anécdotas que seguirán deleitando a sus seguidores. ¿Qué nuevos rincones gastronómicos descubrirá el subsecretario Landau en su próxima visita? Estaremos atentos a sus redes sociales para seguir sus pasos y descubrir, junto a él, la magia culinaria de México.