
11 de junio de 2025 a las 19:50
Justicia para María, la artesana de flores
La tragedia ha teñido de luto a la comunidad de Villahermosa, Tabasco, tras el fallecimiento de María Guadalupe, una joven de tan solo 19 años, cuyo sueño de ser maestra fue truncado por un accidente en la carretera federal Villahermosa-Frontera. El pasado 7 de junio, en medio de un bloqueo carretero, María Guadalupe, quien se ganaba la vida vendiendo flores hechas a mano, intentó cruzar la manifestación y fue atropellada por un vehículo. La escena, cargada de dolor e impotencia, reflejó la cruda realidad que viven muchos ciudadanos ante la falta de respuesta de las autoridades.
La carretera, bloqueada por manifestantes que exigían atención a sus demandas, se convirtió en el escenario de esta tragedia. El transporte público se vio obligado a detenerse, dejando a los pasajeros a la deriva, forzados a caminar para llegar a sus destinos. María Guadalupe era una de esas personas, buscando el sustento para su familia, ajena a la fatalidad que la esperaba. En un intento por sortear el bloqueo, cruzó por una zona habilitada en doble sentido, un cambio en la circulación habitual que, trágicamente, pasó desapercibido para la joven. Un vehículo, circulando en sentido contrario al flujo normal, la impactó, arrebatándole la vida en un instante.
El dolor de la familia es palpable. Carlos de la Cruz, padre de María Guadalupe, con la voz quebrada por la tristeza, clama justicia. Si bien se ha abierto una carpeta de investigación, la lentitud del proceso y la incertidumbre sobre el futuro del caso han sembrado la desesperanza en los corazones de sus seres queridos. El temor a la impunidad se suma a la profunda herida de la pérdida. "Fue horrible la muerte de mi niña… yo lo único que quiero es justicia", implora el padre, su voz un eco del clamor de una comunidad que exige respuestas.
El último adiós a María Guadalupe, el pasado 9 de junio, se convirtió en un desgarrador testimonio de dolor y reclamo. Entre lágrimas y sollozos, familiares y amigos no solo lloraron la partida de la joven, sino que también alzaron la voz para exigir justicia, no solo para María, sino para todas las víctimas silenciosas de la desatención gubernamental. Recordaron a María como una joven trabajadora, solidaria, con un futuro brillante por delante, un futuro que le fue arrebatado. José Casanova, amigo cercano, la describió como "una persona que siempre estaba ahí. Una amiga, una hermana". Sus palabras, cargadas de emoción, pintaron el retrato de una joven llena de vida, cuyo recuerdo permanecerá vivo en el corazón de quienes la conocieron.
Kiara Osorio, otra amiga de María Guadalupe, apuntó directamente a la responsabilidad de las autoridades. "¿Por qué si cumplen con lo que prometen nadie tendría que salir a las calles a exigir lo que por derecho les corresponde?", cuestionó con indignación. Sus palabras resonaron como un llamado de atención a la necesidad de atender las demandas de la población para evitar futuras tragedias. La falta de respuesta de las autoridades, según Kiara, obliga a la gente a tomar las calles, exponiéndose a riesgos como el que le costó la vida a su amiga.
La familia de María Guadalupe exige una investigación exhaustiva y que el responsable sea llevado ante la justicia. La incertidumbre sobre la detención del conductor del vehículo añade otra capa de angustia a su dolor. La pregunta que queda en el aire es: ¿cuántas vidas más se perderán antes de que las autoridades escuchen el clamor de un pueblo que exige justicia y atención? La historia de María Guadalupe es un triste recordatorio de las consecuencias de la desatención y la falta de respuesta ante las necesidades de la comunidad.
Fuente: El Heraldo de México