
11 de junio de 2025 a las 18:10
Golpe al narco en Durango
En las agrestes tierras de Durango, donde la sierra madre occidental dibuja un paisaje imponente, se ha librado una batalla silenciosa contra el narcotráfico. Una operación conjunta, orquestada con precisión quirúrgica por la Agencia de Investigación Criminal (AIC) de la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), en una sinergia admirable con la Secretaría de Marina (Semar), la Guardia Nacional (GN) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPC), ha desmantelado un laboratorio clandestino de drogas, revelando una sofisticada red criminal que operaba bajo el manto del secretismo.
El escenario de esta victoria contra el crimen organizado fue el municipio de Tamazula, específicamente en la localidad de Carricitos, un lugar donde la tranquilidad aparente ocultaba una febril actividad delictiva. Tras meses de meticuloso trabajo de inteligencia, que incluyó vigilancia encubierta, análisis de información y seguimiento de las rutas y modus operandi de los grupos criminales, las autoridades lograron identificar el epicentro de la operación: un predio equipado no solo con la infraestructura necesaria para la producción de metanfetamina a gran escala, sino también con una pista clandestina de aterrizaje de 450 metros de longitud, facilitando el transporte aéreo de la droga y precursores químicos.
El despliegue operativo fue contundente. Las fuerzas del orden irrumpieron en el lugar, asegurando una cantidad considerable de metanfetamina, estimada en 150 kilogramos, lista para ser distribuida. Pero el hallazgo más significativo fue el descubrimiento del laboratorio en sí mismo, un complejo químico improvisado donde se encontraron 5,310 litros y 870 kilogramos de sustancias químicas precursoras, equipo especializado y materia prima para la elaboración de drogas sintéticas. Entre los elementos confiscados, destacan dos reactores de síntesis orgánica, el corazón de la operación de fabricación, junto con 34 costales repletos de una sustancia cristalina, presuntamente metanfetamina en proceso de cristalización, y 59 bidones conteniendo diversas sustancias químicas. La lista continúa con nueve tinas, cuatro bolsas de peróxido, dos charolas de plástico, centrifugadoras artesanales, 10 tanques de gas LP, ventiladores, quemadores, destiladores, un generador eléctrico, dos revolvedores y una báscula. Un arsenal químico que atestigua la escala industrial de la producción.
Este golpe al narcotráfico no solo representa la incautación de una cantidad significativa de drogas, sino que trasciende lo meramente material. Según estimaciones de las autoridades, la intervención oportuna ha evitado la producción de 2.8 toneladas de metanfetamina, lo que se traduce en una pérdida económica para las organizaciones criminales de aproximadamente 966 millones de pesos. Una cifra que debilita significativamente su capacidad operativa y financiera.
Más allá del impacto económico, la operación contribuye a la pacificación de la región, al desarticular una red criminal que generaba violencia y inestabilidad en las comunidades aledañas. El trabajo coordinado de las instituciones del Gabinete de Seguridad demuestra la firmeza del Estado mexicano en su lucha contra el crimen organizado, y reafirma el compromiso de garantizar la seguridad y tranquilidad de la población. La investigación continúa, con el objetivo de identificar y detener a todos los implicados en esta red criminal, desentrañando las ramificaciones de la organización y llevando a la justicia a los responsables. La batalla contra el narcotráfico es una lucha constante, que requiere la participación conjunta de las autoridades y la sociedad para construir un futuro más seguro y pacífico para todos.
Fuente: El Heraldo de México