A un año del silbatazo inicial, México se prepara con precisión de relojero para recibir la fiesta del fútbol mundial. Más allá de la evidente transformación de los estadios, el país trabaja a destajo en un plan integral que abarca seguridad, movilidad, turismo y comercio, con el ambicioso objetivo de ofrecer un Mundial impecable. Gabriela Cuevas, representante del Gobierno de México para la Copa del Mundo, transmite una palpable tranquilidad. El cronograma se cumple a cabalidad, lo que permite no solo avanzar con paso firme, sino también explorar nuevas vías de innovación para sorprender al mundo. “No estamos listos para mañana, pero sí vamos a tiempo”, afirma con convicción, resaltando que el cumplimiento del 100% de los objetivos a la fecha otorga un margen invaluable para perfeccionar cada detalle.

La remodelación de los recintos avanza a buen ritmo. El mítico Estadio Azteca, rebautizado como Ciudad de México para la ocasión, se prepara para una reinauguración por todo lo alto el 28 de marzo de 2026, con un partido de la Selección Mexicana que promete ser un festín futbolístico. Mientras tanto, el Akron de Guadalajara y el BBVA de Monterrey, con una carga de trabajo menor, también afinan sus detalles, aunque su preparación impactará en los calendarios de Chivas y Rayados, quienes deberán ajustar sus partidos de local en el Apertura 2025. Cuevas destaca el compromiso de Chivas por convertir su estadio en un referente de sustentabilidad a nivel mundial, y aplaude la sinergia entre el sector público y privado que ha impulsado la modernización de los tres escenarios.

La seguridad, una preocupación latente para cualquier evento de esta magnitud, se aborda con la seriedad que merece. Un plan exhaustivo, elaborado en conjunto con la FIFA, garantiza la protección de los visitantes, tanto dentro como fuera de los estadios. Si bien los detalles del plan se mantienen bajo reserva por razones obvias, Cuevas asegura con firmeza que la seguridad de los asistentes está garantizada.

El próximo paso es intensificar la coordinación entre las tres ciudades sede. Reuniones estratégicas se llevarán a cabo para asegurar una perfecta sincronización entre las distintas áreas involucradas, desde el transporte y el alojamiento hasta la atención médica y la gestión de residuos. El objetivo es claro: ofrecer una experiencia integral e inolvidable a los más de cinco millones de visitantes internacionales que se esperan en México.

El optimismo es palpable. El país se prepara para recibir al mundo con los brazos abiertos, con la convicción de que el Mundial 2026 no solo será un evento deportivo de primer nivel, sino también una oportunidad para mostrar al mundo la riqueza cultural, la pasión futbolística y la capacidad organizativa de México. Un Mundial perfecto, ese es el objetivo, y cada paso que se da confirma que el sueño está cada vez más cerca de convertirse en realidad. La cuenta regresiva continúa, y México se prepara para brillar en el escenario global.