
12 de junio de 2025 a las 01:10
Frontera México-Guatemala en alerta máxima
La tensión se palpa en el aire. El eco de los recientes enfrentamientos entre fuerzas de élite mexicanas y presuntos criminales aún resuena en la frontera con Guatemala, dejando una estela de incertidumbre que ha paralizado el corazón comercial de La Mesilla. El despliegue de refuerzos militares por parte del gobierno guatemalteco no hace más que confirmar la gravedad de la situación. Imaginen el contraste: de un lado, el bullicio habitual de un punto fronterizo vibrante de intercambio comercial; del otro, el silencio opresivo de una zona militarizada.
Mientras tanto, del lado mexicano, el blindaje impuesto por las autoridades estatales se extiende como una muralla a lo largo de la franja fronteriza, llegando hasta el paraje conocido como Las Champas, en Frontera Comalapa. Las Fuerzas de Reacción Inmediata Pakales, con su presencia imponente, buscan restablecer el orden y la seguridad en una región que ha sido testigo de la violencia desatada. La población, atrapada en medio de este escenario bélico, observa con preocupación cómo su sustento, el comercio, se desvanece. La esperanza de una reactivación paulatina se aferra a ellos como un salvavidas en medio de la tempestad.
Los patrullajes de prevención que realizan los Pakales en la región de la Sierra son una imagen constante en estos días. El sonido de sus vehículos, el movimiento de sus tropas, son recordatorios de la fragilidad de la paz en esta zona. Apenas un 20% de los comercios se han atrevido a abrir sus puertas, un testimonio elocuente del miedo que se ha apoderado de los habitantes. ¿Quién puede culparlos? La semana pasada, cinco agentes estatales fueron emboscados por criminales en esta misma zona. Un hecho que no solo conmocionó a la comunidad, sino que también elevó la urgencia de reforzar la seguridad en el lugar.
La reunión entre Óscar Alberto Aparicio Avendaño, Secretario de Seguridad del Pueblo de Chiapas, y Omar García Harfuch, Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana del Gobierno de México, se presenta como un rayo de esperanza en medio de la oscuridad. Ambos funcionarios, conscientes de la gravedad de la situación, abordaron temas cruciales como el resguardo de la frontera y el combate al crimen organizado. La promesa de brindar condiciones para una mayor seguridad a la población resuena con fuerza, pero la realidad en el terreno es compleja.
La pregunta que todos se hacen es ¿cuánto tiempo durará esta tensa calma? ¿Lograrán las autoridades restablecer la seguridad y la confianza en una zona marcada por la violencia? El futuro de La Mesilla y sus alrededores pende de un hilo, mientras la población espera con anhelo el retorno de la paz y la reactivación de su economía. El desafío es grande, pero la esperanza, aunque frágil, aún persiste. El camino hacia la tranquilidad es largo y sinuoso, pero la determinación de las autoridades y la resiliencia de la población son las armas más poderosas en esta lucha contra la inseguridad.
Fuente: El Heraldo de México