La sombra del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) se extiende ominosa sobre el atentado contra Ciro Gómez Leyva. Las recientes condenas de Héctor Eduardo Martínez, alias "El Bart", y Pool Pedro Francisco Gómez Jaramillo, alias "El Pool", abren una ventana a la intrincada red criminal que orquestó el ataque. La figura de Nemesio Oseguera Cervantes, "El Mencho", emerge como el autor intelectual, el cerebro detrás de la operación que buscaba silenciar al reconocido periodista. La Feadle, a través de Ricardo Sánchez Pérez del Pozo, ha destapado una trama que nos estremece y nos obliga a reflexionar sobre la vulnerabilidad de la libertad de expresión en México.

El relato de "El Bart" es escalofriante. Describe un encuentro en la colonia Lindavista, un punto neurálgico de la Ciudad de México, con Armando Escárcega Valdez, "El Patrón", el enlace con el CJNG. La frase lapidaria: "Es un encargo del señor Mencho", resonó como una sentencia de muerte para Gómez Leyva. El viaje a un rancho en Ciudad Guzmán, Jalisco, se convirtió en un siniestro entrenamiento paramilitar. Allí, en medio del monte, junto a individuos de Guatemala, El Salvador y un colombiano con ropa militar, "El Bart" y "El Pool" fueron adiestrados en el manejo de armas de fuego. La precisión del relato, la frialdad con la que se describe la preparación para el atentado, nos deja sin aliento.

¿Qué motivó a "El Mencho" a ordenar el ataque? ¿Qué información manejaba Gómez Leyva que resultaba tan incómoda para el líder del CJNG? Estas preguntas flotan en el aire, exigiendo respuestas. El atentado no fue un hecho aislado, sino una operación cuidadosamente planeada y ejecutada. La participación de "El Yeye", el tercer implicado aún prófugo, nos habla de la complejidad de la estructura criminal.

La condena de "El Bart" y "El Pool" es un paso importante en la búsqueda de justicia. Sin embargo, la sombra de "El Mencho" sigue presente. Su captura se convierte en una prioridad para las autoridades, un símbolo en la lucha contra la impunidad. El caso Gómez Leyva es un recordatorio de los peligros que enfrentan los periodistas en México, un país donde la libertad de expresión se ve constantemente amenazada. Es imperativo fortalecer los mecanismos de protección para los comunicadores y garantizar que puedan ejercer su labor sin temor a represalias.

La sociedad mexicana debe unirse en un frente común contra la violencia y la intimidación. El silencio nos hace cómplices. Debemos exigir justicia para Ciro Gómez Leyva y para todos los periodistas que han sido víctimas de la violencia. La libertad de expresión es un pilar fundamental de la democracia y debemos defenderla a toda costa. El futuro de México depende de ello. El caso de Gómez Leyva no puede quedar impune. Debemos exigir que se llegue hasta las últimas consecuencias, que se desmantele la red criminal que opera impunemente en el país. La justicia no solo debe ser aplicada, sino que debe ser vista. Solo así podremos construir un México más seguro y democrático para todos.