El silencio se ha cernido sobre la familia Moctezuma. Una sombra de tristeza los envuelve tras la partida de Don Cayetano, un hombre cuyo legado se extiende más allá de los lazos sanguíneos, un patriarca que deja un vacío imposible de llenar. La noticia, que resonó como un eco doloroso la tarde del martes 10 de junio, ha conmovido al mundo del espectáculo y ha tocado las fibras más sensibles de quienes conocieron a este hombre discreto pero fundamental en la vida de quienes lo rodeaban.

Beatriz Pasquel, esposa de Pablo Moctezuma e inseparable compañera de Don Cayetano en sus últimos años, fue la encargada de compartir la triste noticia a través de las redes sociales. Un mensaje breve, cargado de dolor, que abrió la puerta a un sinfín de especulaciones sobre las causas del deceso, mismas que hasta el momento permanecen veladas por el respeto al duelo familiar.

En medio del silencio y la consternación, una voz se alzó con la fragilidad de un susurro: la de Frida Sofía. La joven cantante, quien ha atravesado un período turbulento en su vida personal, reapareció en Instagram con una imagen que habla más que mil palabras. Una fotografía de su infancia, donde la inocencia de su mirada se encuentra con la ternura de su abuelo Cayetano. Un emoji de paloma blanca, símbolo de paz y despedida, acompaña la instantánea, testimonio mudo de un amor que trasciende la distancia y el tiempo.

Este último adiós digital, replicado y comentado por miles de seguidores, revela la profunda conexión que unía a Frida Sofía con su abuelo paterno. Una relación que, a pesar de las controversias familiares y la distancia mediática, se mantuvo firme, un refugio en medio de la tormenta.

La partida de Don Cayetano se suma a la dolorosa pérdida de la primera actriz Silvia Pinal, abuela materna de Frida Sofía, ocurrida en noviembre del año pasado. Dos golpes devastadores en menos de un año, que ponen a prueba la fortaleza de la joven artista, quien se enfrenta a la dura realidad de la vida y la muerte con una entereza admirable.

Mientras las redes sociales se inundan de mensajes de condolencias y apoyo, la familia Moctezuma se repliega en la intimidad del dolor. Un dolor compartido, un adiós silencioso a un hombre que, sin duda, dejó una huella imborrable en el corazón de quienes tuvieron el privilegio de conocerlo. La memoria de Don Cayetano, como la luz tenue de una vela en la oscuridad, seguirá iluminando el camino de sus seres queridos.