La fiebre mundialista ya se siente en el aire de la Ciudad de México. A un año exacto del silbatazo inicial, la capital se prepara para recibir, por tercera vez en su historia, la inauguración de una Copa Mundial de la FIFA, un hecho sin precedentes que la consolida como la única ciudad en el mundo en alcanzar tal distinción. Imaginen la escena: el Estadio Azteca, un coloso imponente, vibrando con la energía de miles de aficionados de todo el planeta, reunidos para presenciar el arranque de la fiesta más grande del fútbol. Un momento histórico que quedará grabado para siempre en la memoria colectiva.

Pero la celebración no se limitará al mítico recinto deportivo. La Jefa de Gobierno, Clara Brugada, ha anunciado un ambicioso plan para que el espíritu mundialista impregne cada rincón de la ciudad. Desde el imponente Zócalo, corazón palpitante de la capital, hasta los rincones más alejados, la Ciudad de México se vestirá de gala para recibir a los visitantes. Imaginen las principales avenidas iluminadas, bañadas en un verde vibrante que simboliza la esperanza y la pasión por el deporte rey. Un espectáculo de luces y color que promete deslumbrar a propios y extraños.

Más allá de la estética, se están implementando mejoras sustanciales en la infraestructura urbana. La ciclovía Gran Tenochtitlán, que conectará el Zócalo con el Periférico Sur, es un ejemplo claro del compromiso por fortalecer la movilidad y ofrecer alternativas sostenibles. Una obra que trascenderá el evento deportivo y se convertirá en un legado para las futuras generaciones. No se trata solo de embellecer la ciudad para el Mundial, sino de mejorar la calidad de vida de todos los habitantes.

La inversión de más de 6 mil millones de pesos en obras públicas, la mejora en los servicios básicos como el agua potable, y la creación de nuevos espacios públicos alrededor del Estadio Azteca, son una muestra tangible de este compromiso. Se busca que el Mundial sea un catalizador para el desarrollo urbano y social, dejando una huella positiva en la comunidad.

La cuenta regresiva ya ha comenzado. Anoche, más de 40 edificios emblemáticos, como el Palacio de Bellas Artes, el Ángel de la Independencia y la Rueda de la Fortuna de Chapultepec, se iluminaron de verde, anunciando la llegada del evento deportivo más esperado del planeta. Una imagen que se repetirá a lo largo del año, manteniendo viva la llama de la ilusión y la expectativa.

La Jefa de Gobierno ha hecho un llamado a la participación ciudadana, invitando a todos a ser parte de esta fiesta. Desde los festivales futboleros que se realizarán en cada alcaldía, hasta el FIFA Fan Festival en el Zócalo, habrá una amplia gama de actividades para que todos puedan disfrutar de la emoción del Mundial. La exposición del “juego eterno”, un homenaje al ancestral juego de pelota prehispánico, será una oportunidad única para mostrar al mundo la riqueza cultural de México.

El Torneo Oficial Infantil FIFA Ciudad de México, con la participación de hasta 40 mil niños y jóvenes, es otra muestra del compromiso por fomentar el deporte y la integración social. Y para aquellos que guardan recuerdos de los Mundiales de 1970 y 1986, se ha lanzado una convocatoria para compartir sus memorias y construir una historia colectiva de la pasión futbolera en la capital.

La Ciudad de México está lista para recibir al mundo con los brazos abiertos. Unida con las otras sedes en México, Estados Unidos y Canadá, la capital se prepara para escribir un nuevo capítulo en la historia del fútbol. A 365 días del gran evento, la emoción es palpable. Nos vemos en la cancha.