El resplandor etéreo de la Luna de Fresa bañó la tierra anoche, un espectáculo celestial que cautivó a observadores de todo el mundo. Desde las primeras horas de la madrugada, entre la 1 y las 2 a.m., el disco lunar se desplegó en su máximo esplendor, tiñendo el cielo nocturno con su brillo plateado. Un fenómeno astronómico esperado con ansias, especialmente tras las predicciones de expertos que aseguraban se trataría de una de las lunas llenas más bajas de los últimos años, ofreciendo una perspectiva única y fascinante.

Las redes sociales, especialmente la plataforma X (antes Twitter), se inundaron de imágenes que capturaban la magia de este evento. Fotografías que inmortalizaban el fulgor lunar desde diferentes rincones del planeta, cada una con su propia historia y perspectiva. Más allá de la simple documentación, estas imágenes reflejaban la conexión emocional que la luna evoca en nosotros. Mensajes, poemas y dedicatorias inundaron los timelines, dirigidas a ese cuerpo celeste que ha inspirado a la humanidad desde tiempos inmemoriales. Un usuario, conmovido por la belleza del espectáculo, compartió un poema que encapsulaba el sentimiento colectivo: "Luna llena de fresa, deja que también él te vea donde quiera que esté. No te ocultes y brilla. Déjame soñar con él."

La denominación "Luna de Fresa" no se debe a una alteración en su coloración, sino a una tradición ancestral de los nativos americanos, quienes la asociaban con la época de recolección de fresas silvestres. Un recordatorio de la generosidad de la tierra y el ciclo de la vida, marcando además la inminente llegada del verano y el solsticio que lo acompaña. Este año, la Luna de Fresa ofreció un espectáculo aún más especial debido a su baja posición en el horizonte, permitiendo a algunos afortunados observadores, como los que se encontraban en Monteagudo, capturar imágenes impresionantes del astro alineado con el Cristo de la localidad. Un encuentro celestial que fusiona la belleza natural con la creación humana.

La fascinación por la Luna de Fresa nos recuerda la importancia de observar el cielo y conectar con los ritmos de la naturaleza. Cada mes, la luna transita por sus ocho fases, ofreciéndonos un espectáculo cambiante y renovado. Y ya en el horizonte se asoma la próxima cita celestial: la Luna Llena de julio, también conocida como la Luna del Ciervo, que alcanzará su plenitud el 10 de julio a las 22:37. Una nueva oportunidad para maravillarnos con la danza cósmica de nuestro satélite natural y dejarnos inspirar por su belleza eterna. Mientras tanto, las imágenes y los recuerdos de la Luna de Fresa perdurarán, recordándonos la conexión profunda que nos une al universo y la magia que se esconde en la simple observación del cielo nocturno. Un llamado a detenernos, mirar hacia arriba y dejarnos cautivar por la inmensidad del cosmos.