
12 de junio de 2025 a las 01:55
Alto a las redadas: ¿Y la postura del Congreso?
El eco de los gritos aún resuena en los pasillos del Congreso. La sesión de la Comisión Permanente, lejos de tender puentes y encontrar soluciones, se convirtió en un campo de batalla retórico donde las acusaciones cruzadas opacaron la urgente necesidad de una postura unificada frente a las redadas contra migrantes mexicanos en Estados Unidos. La chispa que encendió la hoguera fue la moción del senador Fernández Noroña, quien, con la vehemencia que lo caracteriza, señaló la supuesta inacción del PAN y el PRI en la defensa de los connacionales. Sus palabras, cargadas de un tono combativo, resonaron en el hemiciclo como una declaración de guerra: "Viven del pueblo y traicionan al pueblo". La imagen de un Noroña desafiante, señalando con el dedo a la oposición, quedará grabada en la memoria de esta tensa sesión.
Pero la respuesta no se hizo esperar. El coordinador del PRI, Manuel Añorve, recogió el guante y contraatacó, atribuyendo la crisis migratoria a la "improvisación y confusión" del gobierno, un gobierno, según sus palabras, "cada día más preso de la soledad de palacio". La frase, cargada de simbolismo, dibuja la imagen de un poder aislado, incapaz de dialogar y construir consensos. El choque entre Noroña y Añorve, dos figuras políticas de peso, se convirtió en el epicentro del debate, un intercambio de reproches que elevó la temperatura de la sesión a niveles insospechados.
El senador del PVEM, Jorge Carlos Ramírez, intentó apaciguar los ánimos, invocando la unidad y el apoyo a la presidenta Sheinbaum. Su llamado a la calma, sin embargo, se perdió en el fragor de la batalla. La tensión se palpaba en el ambiente, en los rostros de los presentes, en los murmullos que recorrían el hemiciclo.
Ricardo Anaya, coordinador del PAN, aprovechó la ocasión para lanzar sus propios dardos, acusando a Morena de debilitar a los consulados con recortes presupuestales. Sus palabras, cargadas de reproche, apuntaron directamente a la gestión del gobierno en materia migratoria. El debate, lejos de centrarse en la búsqueda de soluciones, se transformó en un intercambio de acusaciones, un espectáculo político que dejó un sabor amargo en la boca.
La falta de acuerdo en la Comisión Permanente deja en evidencia la profunda división que existe en el Congreso. Mientras los partidos se enfrascan en disputas internas, la crisis migratoria continúa, y miles de mexicanos enfrentan la incertidumbre y el miedo al otro lado de la frontera. La imagen de un Congreso dividido, incapaz de articular una respuesta conjunta ante un problema tan apremiante, es una señal preocupante para el futuro del país. ¿Será posible dejar de lado las diferencias y trabajar juntos por el bienestar de los mexicanos? Esa es la pregunta que queda flotando en el aire, mientras el eco de los gritos se desvanece en los pasillos del poder. El tiempo dirá si la clase política está a la altura del desafío.
Fuente: El Heraldo de México