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12 de junio de 2025 a las 01:00

¡Alto a las redadas! La voz de Karla Estrada

El miedo se respira en las calles de Los Ángeles. Un miedo palpable, que se cuela en las conversaciones susurradas, en las miradas huidizas, en el silencio tenso que precede a las sirenas. Las redadas migratorias, intensificadas en los últimos días, han convertido la ciudad en un tablero de ajedrez donde las piezas son personas, y el jaque mate significa la deportación. El testimonio de Karla Estrada, activista y migrante radicada en la ciudad, nos ofrece una ventana a esta realidad desgarradora. "Muy angustiante", así describe la situación, una angustia que se multiplica en cada familia que teme la separación, en cada niño que ve a sus padres con el temor dibujado en el rostro.

La entrevista concedida por Estrada al programa "El Dedo en la Llaga" de Heraldo Radio, con Adriana Delgado, destapa una verdad incómoda: las redadas no se limitan a los juzgados. Han penetrado la santidad de las escuelas, irrumpiendo en ceremonias de graduación, transformando momentos de alegría en escenas de terror. Imaginen la crueldad: niños celebrando el fin de una etapa, y de pronto, la sombra de la migra, arrebatando a sus padres, dejando un vacío irreparable en sus vidas. "Se están llevando a personas inocentes y trabajadoras", denuncia Estrada, un grito de auxilio que resuena en la conciencia colectiva.

Las protestas, nos cuenta Karla, no son nuevas. La lucha por los derechos de los migrantes es una batalla que se libra desde hace años, una batalla que ella conoce de primera mano. "He estado en el activismo desde que tenía 17 años, ahora tengo 34," afirma, demostrando una vida dedicada a la defensa de los más vulnerables. Sin embargo, la administración Trump, con su retórica incendiaria y sus políticas draconianas, ha avivado las llamas de la indignación. El fantasma del "Proyecto 2025", con su amenaza de deportar a 30,000 personas al día, se cierne sobre la comunidad migrante como una espada de Damocles.

Ante la imagen de disturbios que transmiten los medios, Estrada aclara: las protestas comienzan de forma pacífica. Familias enteras, ancianos, niños, todos unidos en un clamor por la justicia. Pero la paz se quiebra cuando la fuerza bruta hace su aparición. "Empiezan a pegarnos con palos, con balas de goma, y obviamente la gente responde," explica con una lógica implacable. La presencia de la Guardia Nacional, lejos de apaciguar los ánimos, añade leña al fuego. Si bien reconoce la existencia de individuos que buscan sembrar el caos, Estrada insiste en que la violencia, en muchos casos, es una respuesta a la represión. "Estamos en un tiempo estremecedor en Estados Unidos", lamenta, un lamento que refleja el sentir de miles.

Las acusaciones de la Secretaria de Seguridad, Kristi Noem, contra la presidenta mexicana Claudia Sheinbaum, son calificadas por Estrada como infundadas. Las protestas, recuerda, preceden a la presidencia de Trump. El llamado de Sheinbaum, lejos de ser una incitación a la violencia, fue un simple llamado al respeto de la dignidad humana. La solución, concluye Estrada, es clara: detener las redadas masivas. Detener la cacería humana. Devolver la tranquilidad a las calles de Los Ángeles. Devolver la esperanza a las familias que viven con el miedo constante de la separación.

Fuente: El Heraldo de México