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11 de junio de 2025 a las 06:10

Adiós al Patriarca: Frida Sofía de Luto

El silencio que envuelve la partida de don Cayetano Moctezuma de la Fuente contrasta con la vibrante vida que construyó. Un hombre que, desde la cuna de una familia privilegiada de la Ciudad de México, supo labrar su propio camino y dejar una huella imborrable en el competitivo mundo gastronómico. No heredó simplemente un imperio, lo forjó con sus propias manos, convirtiendo nombres como Casa Dorada, Candelero y Salamanca en sinónimos de excelencia culinaria. Restaurantes que no solo alimentaban el cuerpo, sino que se convertían en escenario de encuentros, en el punto de convergencia de artistas, diplomáticos, empresarios; un microcosmos de la sociedad mexicana que se reunía alrededor de la mesa.

Imaginen la escena: la inauguración de El Candelero en 1996. Entre el brillo de las copas y el murmullo de las conversaciones, la figura imponente de María Félix, "La Doña", se recorta contra la luz, un sello de aprobación inigualable para la propuesta gastronómica de don Cayetano. Un instante que encapsula el prestigio y la influencia que logró alcanzar.

Su legado, sin embargo, trasciende las paredes de sus restaurantes. Don Cayetano construyó una dinastía, no solo empresarial, sino familiar. Una familia que, a pesar de las complejidades inherentes a cualquier núcleo humano, se mantiene unida por el recuerdo de un hombre que supo guiarlos. Ximena, con su discreción y calidez familiar; Pablo, heredero del espíritu emprendedor de su padre en el mundo de la restauración y los eventos; y Pedro, quien ha encontrado su propia voz en el universo del bienestar, con proyectos como el festival Zen Experience. Cada uno, a su manera, lleva consigo la impronta de don Cayetano.

La ausencia de una declaración pública por parte de Frida Sofía, su nieta, ha generado un mar de especulaciones. ¿Se encuentra demasiado afectada por la pérdida? ¿El distanciamiento con su madre, Alejandra Guzmán, influirá en su decisión de asistir a la ceremonia? ¿O acaso, en la intimidad de su dolor, prefiere honrar la memoria de su abuelo en silencio? Las redes sociales, ese espacio donde la vida se exhibe en tiempo real, permanecen en silencio, un silencio que amplifica las preguntas.

Mientras tanto, la Ciudad de México parece respirar con un ritmo más lento, como si lamentara la partida de uno de sus hijos predilectos. En los restaurantes que don Cayetano fundó, el servicio continúa, las mesas se llenan, las conversaciones fluyen. Pero algo ha cambiado. Falta la presencia del hombre que lo inició todo, del visionario que supo convertir la gastronomía en un arte, en una experiencia, en un legado. Un legado que, sin duda, perdurará en el tiempo, más allá del silencio y las especulaciones.

Fuente: El Heraldo de México