La inseguridad vuelve a golpear en el corazón de Buenos Aires, esta vez con una víctima especialmente vulnerable. Una adulta mayor de Esteban Echeverría sufrió un violento asalto en su propia casa, tras ser engañada con el infame "cuento del tío". Las imágenes, captadas por las cámaras de seguridad, muestran la crueldad del ataque y la vulnerabilidad de la víctima. Nos estremece ver cómo la supuesta amabilidad de una mujer, simulando un embarazo, se transforma en violencia en cuestión de segundos. La tranquilidad del hogar se convierte en una pesadilla cuando la delincuente, vestida con un reconocible vestido azul y blanco, forcejea con la anciana para robarle las llaves. A pesar de la resistencia de la víctima, quien valientemente intenta defenderse a pesar de su edad y su condición de salud, la agresora logra su cometido con la ayuda de un cómplice que ingresa a la vivienda poco después.

El testimonio del hijo de la víctima, Adrián, es desgarrador. Describe las lesiones de su madre: un ojo lastimado, dolor en el cuello por un intento de asfixia, una mano hinchada y la pérdida de un diente. La angustia se suma al saber que la adulta mayor, quien padece un trastorno neurocognitivo leve, se encontraba sola en casa ese día, incrementando aún más su vulnerabilidad ante este tipo de engaños. La familia, conmocionada y llena de impotencia, exige justicia. Han presentado la denuncia correspondiente en la Comisaría de Monte Grande, y la fiscal Paula Segade, de la UFI N° 2 Descentralizada de Esteban Echeverría, se encuentra a cargo de la investigación.

Este caso enciende nuevamente las alarmas sobre la seguridad, especialmente para los adultos mayores que viven solos. La necesidad de estar alerta ante este tipo de engaños, conocidos como el "cuento del tío", se vuelve crucial. No solo se trata de un robo material, sino de una violación a la tranquilidad, a la seguridad y a la confianza. El impacto psicológico en la víctima y su familia es profundo y duradero. La imagen de la anciana luchando contra sus agresores, mientras sus perros ladran desesperadamente, quedará grabada en la memoria colectiva como un crudo recordatorio de la vulnerabilidad que enfrentan muchos en nuestra sociedad.

Las autoridades se encuentran trabajando intensamente en la identificación y captura de los delincuentes. El análisis de las grabaciones de las cámaras de seguridad de la zona es clave en este proceso. Mientras tanto, la comunidad se une en solidaridad con la víctima y su familia, exigiendo justicia y un mayor compromiso en la prevención de este tipo de delitos. Este caso nos invita a reflexionar sobre la importancia de la solidaridad vecinal, de estar atentos a las personas mayores que nos rodean y de denunciar cualquier situación sospechosa. La seguridad es un compromiso de todos, y solo a través de la colaboración y la acción conjunta podremos construir una sociedad más segura y justa. Esperamos que las autoridades den con los responsables y que este lamentable hecho sirva para fortalecer las medidas de prevención y protección de los más vulnerables.