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10 de junio de 2025 a las 12:30

Ventas de autos: ¿Freno total?

El sector automotriz mexicano atraviesa un periodo turbulento, con nubarrones de incertidumbre que ensombrecen el panorama. Las cifras de mayo, recopiladas por el Inegi, pintan un cuadro preocupante: producción, exportación y ventas nacionales en números rojos. La caída del 2% en la producción, comparada con mayo del año anterior, es una señal de alarma que no podemos ignorar. Si bien el acumulado enero-mayo muestra un ligero descenso del 0.5% en la producción, la tendencia a la baja mes a mes es innegable. Este escenario se replica en las exportaciones, con una disminución del 2.8% en mayo y un preocupante 6.3% en el acumulado anual. Si bien Estados Unidos se mantiene como el principal receptor de nuestros vehículos, absorbiendo el 81% del total exportado, la disminución generalizada en la demanda internacional impacta directamente en la industria nacional.

Las ventas en el mercado interno tampoco ofrecen un respiro. Con una caída del 0.5% en mayo, el único dato positivo lo encontramos en el acumulado enero-mayo, con un tímido crecimiento del 0.9%. Guillermo Rosales, presidente de la AMDA, lo define como una "tendencia de desaceleración" y pronostica un estancamiento para el resto del año. Las proyecciones de la AMDA dibujan dos escenarios: uno optimista, con 1.5 millones de unidades vendidas al cierre del año, y otro pesimista, con 1.4 millones. La brecha entre ambos escenarios, aunque parezca pequeña, refleja la volatilidad del mercado y la dificultad para realizar predicciones certeras.

A este complejo panorama se suma la amenaza latente de los aranceles impuestos por Estados Unidos al acero y aluminio. La INA estima un impacto potencial de hasta 6,289 millones de dólares para el sector, una cifra que podría agravar aún más la situación. La incertidumbre generada por estas medidas proteccionistas dificulta la planificación a largo plazo y obliga a las empresas a operar "día a día", como señala Julio Galván, gerente de Estudios Económicos de la INA.

¿Cuáles son las causas detrás de esta desaceleración? La coyuntura económica global, la inflación, la incertidumbre geopolítica y las tensiones comerciales son factores que influyen directamente en la industria automotriz. La disminución del poder adquisitivo de los consumidores, el aumento en las tasas de interés y la dificultad para acceder a créditos también contribuyen a la contracción del mercado interno.

El futuro del sector automotriz mexicano se presenta desafiante. Se requiere de estrategias innovadoras, inversiones en tecnología y una mayor diversificación de mercados para sortear las dificultades actuales. La colaboración entre el gobierno, la industria y los sindicatos será crucial para impulsar la competitividad y garantizar la sostenibilidad del sector, un pilar fundamental de la economía nacional. La adaptación a las nuevas realidades del mercado global y la búsqueda de soluciones conjuntas serán clave para navegar en estas aguas turbulentas y emerger fortalecidos.

Fuente: El Heraldo de México