La tranquilidad de Ostende, Argentina, se vio abruptamente interrumpida por un escalofriante suceso que ha conmocionado a la comunidad. Una joven de tan solo 18 años, Nicol Castronovo, se encuentra detenida bajo sospecha de haber asesinado a su suegra, Delia Jakow, de 69 años, en un brutal ataque con arma blanca. La violencia del acto se extendió más allá del presunto homicidio, ya que al momento de su detención, la joven se resistió agresivamente, llegando incluso a atacar a uno de los oficiales. Este episodio de furia y resistencia a la autoridad añade otra capa de complejidad a un caso ya de por sí perturbador.

Delia Jakow, la víctima de este terrible crimen, era una figura conocida en la localidad. Testigos afirman que recibía frecuentes visitas de dos mujeres, identificadas como Cele y Nicol Castronovo. Esta última, nuera de la víctima e hija de un miembro del Cuartel de Bomberos de Cariló, mantenía una relación familiar directa con la fallecida, lo que hace aún más incomprensible la tragedia. Ambas mujeres, según se ha revelado, poseen antecedentes penales, un dato que sin duda añade un elemento crucial a la investigación.

El macabro hallazgo del cuerpo de Delia Jakow fue realizado por su propio yerno, quien al visitarla se encontró con la desgarradora escena: la mujer yacía en una silla, cubierta de manchas de sangre. La inmediata llamada a las autoridades puso en marcha la maquinaria judicial y policial, que rápidamente se abocó a esclarecer los hechos. La autopsia practicada al cuerpo confirmó las sospechas iniciales: Delia Jakow había fallecido a causa de las heridas provocadas por un arma punzocortante, una muerte lenta y dolorosa por desangramiento.

Las piezas del rompecabezas comenzaron a encajar cuando se revisaron las grabaciones de las cámaras de seguridad de los vecinos. En las imágenes se puede observar a dos mujeres, presuntamente Cele y Nicol, corriendo por la calle poco antes del momento estimado del homicidio. Esta prueba visual se convirtió en una pieza clave para la identificación de Nicol Castronovo como principal sospechosa, lo que condujo a su posterior detención. Durante el arresto, además de la violenta resistencia que opuso, se le encontraron en su posesión un teléfono celular y cinco pastillas de Rivotril, un medicamento ansiolítico.

La investigación, que se encuentra en pleno desarrollo, no solo se centra en el presunto homicidio, sino que ahora también incluye cargos por atentado y resistencia a la autoridad, debido a la agresión contra el oficial de policía. La justicia deberá determinar la responsabilidad de Nicol Castronovo en ambos delitos. Mientras tanto, la búsqueda de la otra mujer que acompañaba a Nicol, identificada como Cele, continúa. Su paradero es desconocido, y las autoridades trabajan incansablemente para dar con su ubicación y esclarecer su posible implicación en los hechos. Este caso mantiene en vilo a la comunidad de Ostende, que espera ansiosa el desarrollo de las investigaciones y el esclarecimiento total de este terrible suceso que ha enlutado a una familia y conmocionado a toda una localidad. ¿Qué motivó esta brutal agresión? ¿Cuál es el papel de la segunda mujer involucrada? Estas son algunas de las preguntas que aún quedan por responder en este complejo y trágico caso.