
10 de junio de 2025 a las 18:05
Seguridad: 1.6 millones de atenciones en 9 estados.
La esperanza florece en las comunidades más vulnerables de México. Un millón 686 mil 215 atenciones, una cifra que no solo representa un número, sino un testimonio tangible del compromiso del gobierno con la construcción de la paz. Durante los primeros seis meses de este arduo trabajo, nueve estados han sido testigos de la transformación que se gesta a través de la Estrategia Nacional de Seguridad. No se trata simplemente de combatir la inseguridad, sino de atacar sus raíces, de sanar las heridas que la violencia ha dejado en el tejido social.
Imaginen la escena: Ferias de Paz donde las familias se reúnen, no bajo la sombra del miedo, sino bajo la luz de la esperanza. 204 ferias que han sembrado la semilla del cambio en los corazones de miles de mexicanos. Más de dos mil Jornadas por la Paz, espacios donde la comunidad se reencuentra consigo misma, donde el diálogo se convierte en el arma más poderosa. Senderos Seguros que iluminan el camino hacia un futuro más prometedor, donde los niños pueden jugar sin temor y las familias pueden caminar tranquilas.
La labor social se erige como un pilar fundamental en esta estrategia. Servicios de salud que brindan atención y cuidado a quienes más lo necesitan, pláticas que orientan y previenen, abriendo caminos hacia una vida libre de violencia y adicciones. Los Tigres por la Paz, un símbolo de la fuerza y la determinación que impulsa a estas comunidades a construir un futuro mejor.
No se trata de una tarea sencilla. Requiere la colaboración de todos, la suma de voluntades, la convicción de que un México en paz es posible. 38 dependencias del gobierno federal trabajando codo a codo con los gobiernos locales, acercando programas y servicios a quienes más los necesitan. Una sinergia que se traduce en un millón 686 mil 215 razones para creer en un futuro más brillante.
El programa de canje de armas es otro ejemplo del impacto positivo de esta estrategia. Mil 101 armas cortas, 429 armas largas, miles de cartuchos, cargadores y granadas, intercambiados por la promesa de una vida libre de violencia. Un "sí" rotundo al desarme, un "sí" a la paz. Cada arma entregada representa una familia que elige la seguridad, que elige la esperanza. Un hogar donde el riesgo de accidentes lamentables se desvanece, dando paso a la tranquilidad y la armonía.
El camino hacia la paz no es un sprint, es una maratón. Requiere perseverancia, compromiso y la participación activa de todos los sectores de la sociedad. Las cifras son alentadoras, pero el trabajo continúa. La transformación está en marcha y cada paso que damos nos acerca a un México donde la paz sea la norma, no la excepción. Un México donde la esperanza florezca en cada rincón del país.
Fuente: El Heraldo de México