La sed que agobiaba a Ixtapa de la Concepción, en el municipio de Compostela, se ha convertido en un suspiro de alivio gracias a la rápida intervención del gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero. No fueron palabras vacías ni promesas al aire, sino una respuesta tangible a la angustiosa realidad que vivían las familias de esta comunidad: la falta de agua potable. Imaginen, por un instante, la desesperación de las amas de casa, quienes veían imposibilitada su labor diaria, la base misma del hogar, por la ausencia de este recurso vital. Ese clamor silencioso, pero potente, llegó a los oídos del gobernador durante su gira de trabajo, una gira que se distingue por la cercanía y el diálogo franco con la gente, sin protocolos ni intermediarios. La imagen del gobernador escuchando atentamente, comprendiendo la urgencia en los rostros de las madres de familia, es la viva representación de un gobierno que se preocupa y se ocupa.

Y la respuesta no se hizo esperar. En menos de 24 horas, la promesa se materializó en una pipa de agua que, desde entonces, abastece a la comunidad. Pero la visión del gobernador va más allá de una solución temporal. Él sabe, como buen médico, que un paliativo no cura la enfermedad. Por eso, se comprometió a resolver el problema de raíz. Ya se está realizando un diagnóstico exhaustivo de un pozo perforado, víctima del vandalismo, para determinar su viabilidad y, en caso de ser posible, rehabilitarlo de inmediato. Además, una cuadrilla de la Comisión Estatal del Agua trabaja a contrarreloj supervisando la línea de conducción del sistema local, mientras que un camión vactor se encarga de la limpieza y destape del drenaje en los puntos más críticos de la localidad.

Esta no es una simple anécdota, sino el reflejo de una política pública que prioriza la atención directa a las necesidades de la gente. El gobernador Navarro Quintero no se limita a escuchar, sino que actúa con prontitud y eficiencia, buscando soluciones integrales y no parches temporales. El testimonio del señor Heriberto García, vecino de la comunidad, resume el sentir general: la eficiencia, la objetividad y la sensibilidad de un gobernador que comprende la urgencia de resolver los problemas del estado. La metáfora del equipo Nayarit, con el Dr. Navarro Quintero como capitán, ilustra a la perfección la unidad y el trabajo conjunto que se está construyendo en el estado.

Este tipo de acciones, replicadas a lo largo y ancho del territorio nayarita, demuestran el compromiso inquebrantable del gobernador con su gente. No se trata solo de llevar agua a una comunidad, sino de llevar esperanza, de construir un futuro donde el acceso al agua, un derecho fundamental, esté garantizado para todos. La historia de Ixtapa de la Concepción es un ejemplo de cómo la voluntad política, combinada con la eficiencia y la cercanía con la gente, puede transformar realidades y construir un Nayarit más justo y próspero para todos. Y es que en Nayarit, el agua no solo calma la sed, sino que también riega la semilla de la esperanza.