El verano ha llegado y con él, un cóctel meteorológico que pondrá a prueba a gran parte de México. Prepárense, porque del miércoles 11 al viernes 13 de junio, la intensidad se hará presente con lluvias torrenciales, posibles tornados y una ola de calor implacable. No se trata de una película de desastres, sino del pronóstico oficial de la Conagua, que advierte sobre la combinación explosiva de canales de baja presión, una línea seca en el norte, inestabilidad atmosférica y, para añadir aún más drama, una zona de baja presión con potencial ciclónico al sur del Pacífico.

Imaginen la fuerza de la naturaleza desatada: Michoacán, Guerrero, Oaxaca y Chiapas, bajo un diluvio el miércoles. El jueves, el escenario se traslada a Jalisco, Colima, nuevamente Michoacán y Guerrero, sumándose Hidalgo, Puebla, Veracruz y Oaxaca a la lista de los intensamente irrigados. Si residen en estas zonas, preparen paraguas resistentes, botas de agua y revisen las canaletas.

Y como si las lluvias no fueran suficiente, los tornados también quieren protagonismo. Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas estarán bajo la lupa, con la posibilidad de que estos imponentes vórtices toquen tierra en las próximas horas. La precaución es la clave: identifiquen los refugios más cercanos y manténganse informados a través de canales oficiales. No se dejen llevar por rumores.

Mientras el sur se empapa, el norte, centro y la península de Yucatán se asfixian bajo un calor abrasador. ¿45°C? Sí, leyeron bien. El termómetro se disparará, poniendo a prueba nuestra resistencia y elevando el riesgo de golpes de calor. Hidratación, hidratación e hidratación. Esa es la palabra clave. No olviden a los más vulnerables: adultos mayores, niños y mascotas. Ellos necesitan aún más cuidado en estas condiciones extremas.

Las costas del Pacífico, desde Baja California Sur hasta Chiapas, tampoco se escapan del embate de la naturaleza. Vientos huracanados de hasta 80 km/h y olas que podrían alcanzar los 3.5 metros de altura. Un espectáculo imponente, sí, pero también un peligro para la navegación y las actividades costeras. Si tenían planeado un romántico paseo por la playa, mejor pospónganlo.

La situación es seria, pero no hay que caer en el pánico. La información es nuestra mejor aliada. Sigan las indicaciones de Protección Civil, eviten zonas de riesgo y, sobre todo, manténganse alerta. El verano apenas comienza, y la naturaleza nos recuerda su poder. Estemos preparados.

Más allá de las cifras y los pronósticos, hay historias humanas detrás de estos fenómenos. Familias que se preparan para lo peor, comunidades que se unen para ayudarse mutuamente, héroes anónimos que arriesgan su vida para proteger a los demás. Mantengámonos unidos, solidarios y, sobre todo, informados. El conocimiento es poder, y en situaciones como esta, puede ser la diferencia entre la seguridad y el peligro. Recuerden consultar constantemente las fuentes oficiales, no se confíen de rumores y preparen un plan de contingencia. La prevención es la mejor defensa.