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10 de junio de 2025 a las 09:15
Encuentra la paz interior
El sol, implacable testigo de nuestro caminar, dibuja largas sombras sobre el asfalto agrietado. El polvo se levanta a nuestro paso, un eco terroso de las historias que se esconden tras las puertas cerradas de cada hogar. No son cuentos de fantasía, sino crónicas de un México profundo, un mosaico de realidades que palpitan en el corazón de cada barrio, de cada colonia. Somos Sembradores de Paz, guiados por la visión de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, con la misión de atender las causas, de sanar las heridas de un tejido social a menudo olvidado.
En Tijuana, Baja California, el destino nos cruzó con Santiago, un niño de apenas nueve años con una historia que pesa más que sus escasos años. Sus ojos, ventanas a un alma que ha visto demasiado, reflejan la tragedia que marcó su infancia: un incendio que le arrebató a su madre y a sus hermanos, dejándolo solo con su padre y el fantasma del fuego. A pesar del dolor, Santiago conserva una asombrosa resiliencia, una chispa de esperanza que se niega a apagarse. Su voz, al relatar su historia, es un susurro cargado de una madurez impropia de su edad. Nos conmovió su deseo de ir a la escuela, su temor a ser separado de su padre, el único ancla que le queda en este mundo. Abrazarlo fue abrazar la fragilidad y la fuerza del espíritu humano. Su historia nos impulsa a buscar soluciones, a tender puentes de apoyo para que Santiago y su padre puedan reconstruir su vida.
Más allá del asfalto, en el laberinto de calles sin nombre, encontramos a una familia que lucha a contracorriente. Dos adolescentes, padres a temprana edad, se enfrentan al desafío de criar a sus hijos en medio de la precariedad. Ella, con 16 años y un bebé de un año, anhela seguir estudiando, mientras que él, de 17, trabaja incansablemente en una maquiladora para sostener a su pequeño. La sombra de la adicción acecha, un obstáculo más en su camino. Su abuela, pilar de fortaleza a sus 38 años, los acompaña en esta batalla por un futuro mejor. Su historia es un llamado a la acción, una muestra de la importancia de la Estrategia de Paz, que busca brindar segundas oportunidades a jóvenes y mujeres que, como ellos, anhelan romper el ciclo de la adversidad.
En el fraccionamiento Delicias 3, descubrimos una historia que nos devolvió la fe en la humanidad. Un grupo de vecinas, movidas por la compasión, han creado un refugio para perros abandonados y maltratados. Con recursos limitados, pero con un corazón inmenso, brindan cuidado, vacunas y esterilización a estos animales, ofreciéndoles una nueva oportunidad de encontrar un hogar. Su iniciativa, un ejemplo de solidaridad y compromiso, nos inspira a gestionar apoyos con el gobierno de Marina del Pilar, para dignificar su labor y fortalecer esta red de amor y cuidado.
Estas historias, fragmentos de la realidad que vivimos en los territorios, son el motor que nos impulsa a seguir adelante. Son la confirmación de que la esperanza, como una semilla, puede germinar incluso en los terrenos más áridos. Somos Sembradores de Paz, y seguiremos recorriendo las calles, escuchando las voces silenciadas, tejiendo redes de apoyo, porque creemos en la fuerza transformadora de la solidaridad y la justicia social.
Fuente: El Heraldo de México