
10 de junio de 2025 a las 13:00
Descubre la magia de La Merced
Sumérjanse en la fascinante historia de La Merced, un barrio que late con la vibrante energía de la Ciudad de México. Imaginen un lugar donde el tiempo se entrelaza con la modernidad, un crisol de tradiciones y comercio que ha sido testigo del devenir de la capital desde sus raíces prehispánicas.
Desde los antiguos calpullis de Atzacoalco y Zoquipan, La Merced emergió como un punto neurálgico, un espacio donde la historia se escribe a diario. Sus calles empedradas resuenan con los ecos del pasado, sus muros guardan secretos centenarios, y sus mercados palpitan con la vida de una ciudad en constante movimiento. Aquí, en este rincón mágico, casi la mitad de los monumentos históricos del centro nos recuerdan la grandeza de un pasado que se niega a ser olvidado.
Deténganse un instante frente a la Capilla del Señor de la Humildad, una joya arquitectónica erigida por el mismísimo Hernán Cortés. Contemplen su majestuosidad, sus torres que se alzan hacia el cielo, su cúpula, única sobreviviente de las siete ermitas originales, un testimonio silencioso de una época convulsa y fascinante. Su arquitectura, con la impronta del siglo XVIII, nos habla de la evolución del arte y la fe en este barrio legendario.
La Merced, un laberinto de 54 manzanas, ha sido desde sus inicios el corazón comercial de la Ciudad de México. Imaginen el bullicio de la alhóndiga en el siglo XVII, el florecimiento del mercado en el XIX, un constante fluir de mercancías y personas que ha moldeado su identidad a lo largo de los siglos.
Los investigadores Lucía Alvarez y Luis Etelberto San Juan, en su obra “Identidad y tradición en el Barrio de la Merced, en el siglo XXI”, nos revelan la riqueza de las actividades económicas que florecieron en la zona durante la época colonial. Imaginen el ir y venir de los artesanos, el tintineo de las herramientas en los talleres, la fragancia de las velas y los dulces recién hechos. Sastrerías, cererías, velerías, confiterías, un sinfín de oficios que imprimieron un carácter único a este barrio, forjando una identidad y un sentido de pertenencia entre sus habitantes.
El mercado de La Merced, construido en 1880 sobre el terreno del antiguo convento de los mercedarios, se convirtió en el epicentro del comercio, un punto de encuentro para vendedores y compradores, un lugar donde se mezclaban los aromas, los colores y los sabores de la ciudad. El nombre del mercado, y del propio barrio, es un homenaje a la orden religiosa que dejó su huella en este rincón de la capital.
La Merced, un barrio que respira historia y comercio, un lugar que ha sido testigo del paso del tiempo y de las transformaciones de la ciudad. Sin embargo, la apertura de la Avenida Circunvalación a mediados del siglo XX marcó un antes y un después en su historia, dividiendo el barrio y alterando para siempre su dinámica. A pesar de ello, La Merced sigue latiendo con fuerza, un testimonio vivo de la historia de la Ciudad de México, un lugar que invita a perderse en sus calles y a descubrir sus secretos.
Fuente: El Heraldo de México