El sol apenas despuntaba sobre la Ciudad de México, pintando el cielo con tonos naranjas y dorados, cuando una marea humana, vestida con el vibrante color de la playera oficial, comenzaba a inundar la Avenida Paseo de la Reforma. No era un día cualquiera, era domingo, 8 de junio, y la energía palpable en el aire anunciaba un evento especial: la 11ª Gran Carrera Pascual. Un evento que este año cobraba aún más significado, al enmarcarse en la celebración del 40° aniversario de la Cooperativa Pascual.

Desde familias completas, con niños tomados de la mano de sus padres, hasta corredores experimentados con miradas enfocadas en la meta, todos se unían en una misma celebración: la del deporte, la salud y la unidad. El murmullo de las conversaciones, las risas nerviosas y el sonido de los tenis golpeando suavemente el pavimento, creaban una sinfonía matutina que resonaba con el espíritu de la competencia. El Monumento a la Estela de Luz, imponente y majestuoso, se erigía como testigo silencioso de la pasión y el entusiasmo que emanaban de los participantes.

Las palabras de Leopoldo Juárez, miembro del Consejo de Administración de la Cooperativa Pascual, resonaron con fuerza en los corazones de los presentes. Su mensaje, cargado de motivación, recordó a todos la importancia de la perseverancia, el trabajo en equipo y la disciplina, valores que han sido pilares fundamentales en la trayectoria de la exitosa cooperativa a lo largo de cuatro décadas. Un silencio respetuoso se apoderó del ambiente cuando las notas del Himno Nacional Mexicano comenzaron a sonar, uniendo a todos en un sentimiento de orgullo y pertenencia.

A las 6:45 a.m. en punto, el estruendo del disparo de salida liberó la energía contenida. Una explosión de color y movimiento inundó la avenida. Los corredores, con la adrenalina recorriendo sus venas, emprendieron la carrera, cada uno a su propio ritmo, con la mirada puesta en los 5 o 10 kilómetros que tenían por delante. Algunos corrían con la determinación de alcanzar el podio, otros con el simple objetivo de superar sus propios límites, pero todos compartían la satisfacción de formar parte de un evento tan significativo.

Horas más tarde, con el sol ya en lo alto, la ceremonia de premiación se convirtió en el punto culminante de la jornada. En el podio, los rostros de los ganadores reflejaban la alegría del triunfo, el fruto del esfuerzo y la dedicación. Desde los más jóvenes, en la categoría Juvenil, hasta los más experimentados, en la categoría Veteranos Plus, cada uno recibió el reconocimiento que merecía. La entrega de premios no solo celebraba la velocidad y la resistencia física, sino también el espíritu deportivo y la pasión que cada corredor había demostrado.

La 11ª Gran Carrera Pascual no fue solo una competencia atlética, fue una fiesta de la comunidad, una celebración de los valores que unen a las personas. Cooperativa Pascual, una vez más, demostró su compromiso con el bienestar integral de sus colaboradores y del público en general, consolidando su legado como una empresa socialmente responsable que promueve el deporte, la unión familiar y un estilo de vida saludable. Un evento que sin duda dejará una huella imborrable en la memoria de todos los participantes y que se convertirá en un referente para futuras ediciones. Y tú, ¿estás listo para el próximo desafío?