Logo
NOTICIAS
play VIDEOS

Inicio > Noticias > Conflicto Armado

10 de junio de 2025 a las 19:45

Cali bajo fuego: Drones y motos siembran terror

Una sombra de violencia se cierne sobre el suroeste de Colombia. Dieciséis ataques, una amalgama de disparos, explosiones de coches bomba y el zumbido amenazante de drones, han dejado una estela de muerte y destrucción. Tres vidas segadas, dos policías y un civil, víctimas de una guerra que se niega a extinguirse. El eco de las detonaciones resuena en los departamentos del Valle del Cauca y Cauca, un recordatorio brutal de la presencia de disidentes de las FARC, quienes, a pesar del acuerdo de paz, continúan su lucha contra el gobierno de Gustavo Petro.

Estos ataques, calificados de "indiscriminados" por el general Carlos Triana, director de la Policía Nacional, no son hechos aislados. Se inscriben en un contexto de creciente tensión, agravado por el reciente atentado contra el senador y aspirante presidencial Miguel Uribe, quien lucha por su vida en una clínica de Bogotá. Tres balazos, un recordatorio de la fragilidad de la paz y la persistencia de la violencia en un país que anhela la tranquilidad.

Cali, la tercera ciudad del país, no ha escapado a la barbarie. Estaciones de policía convertidas en blanco, el sonido de las sirenas rompiendo la cotidianidad, el miedo apoderándose de sus habitantes. Jamundí, Corinto, Buenaventura, el principal puerto de Colombia sobre el Pacífico, también han sentido el impacto de esta ola de violencia. Daños materiales, la huella visible de una guerra que se libra en las sombras, que amenaza con desestabilizar una región crucial para el país.

El aniversario de la muerte de alias Mayimbú, un comandante guerrillero abatido en 2022, parece ser el detonante de esta nueva ofensiva. Una macabra conmemoración, un acto "demencial" en palabras del general Triana, que demuestra la capacidad de estos grupos para sembrar el terror y desafiar al Estado. La imagen de un automóvil destruido en Corinto, frente a locales comerciales con sus estructuras dañadas, es un testimonio gráfico de la violencia que azota la región.

Detrás de estos ataques se vislumbra la figura de alias Iván Mordisco, el principal cabecilla disidente del país. Desde las selvas, dirige a sus hombres, controla los cultivos de hoja de coca, la materia prima de la cocaína, y financia su guerra contra el gobierno. Cauca y Valle del Cauca, territorios estratégicos para el narcotráfico, se han convertido en su principal escenario de operaciones.

La sombra de Pablo Escobar se alarga sobre la figura de Mordisco. Petro, el presidente que busca la "paz total", se enfrenta a un enemigo escurridizo, un narcotraficante que se mueve entre las sombras, que utiliza la violencia como herramienta de negociación y que, al parecer, se encuentra herido y refugiado en la Amazonía. Los atentados, una distracción, una estrategia para desviar la atención de las autoridades que le pisan los talones.

El diálogo de paz, una promesa rota. Mordisco, quien en abril de 2024 abandonó las negociaciones con el gobierno, parece apostar por la violencia como único camino. La "paz total" de Petro, un anhelo que se desvanece entre el ruido de las explosiones y el lamento de las víctimas. El futuro del suroeste de Colombia, incierto, atrapado en una espiral de violencia que amenaza con extenderse por todo el país. La esperanza, un tenue hilo que se resiste a romperse, la única luz en medio de la oscuridad.

Fuente: El Heraldo de México