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10 de junio de 2025 a las 20:45

Alerta: Molletes ¡Peligro Oculto!

Adentrémonos en el fascinante mundo de los molletes, ese manjar mexicano que combina la suavidad del bolillo con la untuosidad de los frijoles refritos y la exquisitez del queso fundido. Un platillo que, aunque tradicional y delicioso, puede convertirse en una verdadera pesadilla para quienes sufren del Síndrome del Intestino Irritable (SII). Imaginen ese primer bocado, la explosión de sabores en el paladar… seguida, lamentablemente para algunos, de una sinfonía de retortijones, hinchazón y malestar general.

Para entender esta compleja relación, debemos analizar cada ingrediente por separado. Empecemos por los frijoles, fuente indiscutible de proteína vegetal y fibra, pero también hogar de los temidos FODMAPs. Estos carbohidratos de cadena corta, presentes en legumbres como los frijoles, son fermentados por las bacterias intestinales, produciendo gases que pueden desencadenar dolor e hinchazón en personas con SII. No se trata de demonizar a los frijoles, sino de consumirlos con moderación y, preferiblemente, empleando técnicas que reduzcan su contenido de FODMAPs, como el remojo prolongado y la cocción con especias como el comino y el laurel.

El bolillo, ese panecillo blanco y esponjoso, tampoco escapa al escrutinio. Su alto índice glucémico, derivado de la harina refinada con la que se elabora, puede generar picos de glucosa en sangre que, a su vez, pueden influir en la motilidad intestinal, agravando los síntomas del SII. Además, la ausencia de fibra en el bolillo puede dificultar el tránsito intestinal, contribuyendo al estreñimiento en algunas personas. Para quienes sufren de SII, optar por panes integrales, ricos en fibra y con un índice glucémico más bajo, puede marcar una gran diferencia. Incluso, explorar alternativas sin gluten puede ser una opción viable para quienes presentan sensibilidad a esta proteína.

Finalmente, llegamos al queso fundido, ese toque final de sabor y textura que corona a los molletes. Muchos quesos, especialmente los elaborados con leche de vaca, contienen lactosa, un azúcar que muchas personas con SII tienen dificultad para digerir. Esta intolerancia a la lactosa puede manifestarse como diarrea, gases y dolor abdominal, empañando la experiencia de disfrutar de unos deliciosos molletes. Afortunadamente, existen alternativas como los quesos maduros, bajos en lactosa, o incluso opciones veganas que permiten disfrutar del sabor sin las consecuencias indeseadas.

¿Significa esto que las personas con SII deben renunciar para siempre al placer de los molletes? ¡En absoluto! Adaptar la receta tradicional, utilizando ingredientes más amigables con el intestino, permite disfrutar de este platillo sin sacrificar el sabor ni la salud. Imaginen unos molletes elaborados con pan integral sin gluten, una pequeña porción de frijoles bien remojados y cocidos con especias digestivas, y un toque de queso bajo en lactosa o vegano. Una versión reinventada, pensada para el bienestar digestivo, que demuestra que la gastronomía tradicional y la salud intestinal pueden ir de la mano.

Recuerda, la clave está en la moderación y la adaptación. Escucha a tu cuerpo, identifica tus desencadenantes y consulta con un especialista en nutrición para diseñar un plan alimenticio que se ajuste a tus necesidades individuales. De esta forma, podrás disfrutar de la riqueza culinaria mexicana, incluyendo los deliciosos molletes, sin temor a las consecuencias.

Fuente: El Heraldo de México