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10 de junio de 2025 a las 17:30

Adiós a Camisería Madrid: 103 años de historia

El eco de las máquinas de coser se ha silenciado. El susurro de las telas finas al ser cortadas y medidas, un recuerdo. La Camisería Madrid, un bastión de la elegancia masculina en el corazón de la Ciudad de México, ha cerrado sus puertas tras 103 años de historia. Un siglo de tradición, de atender con esmero a generaciones de capitalinos que buscaban la camisa perfecta, la corbata ideal, el atuendo impecable para cada ocasión, se ha desvanecido. Quedan las fotografías, mudos testigos de un final: la caja registradora marcando 00.00, un cruel reflejo de la ausencia; las puertas cerradas, como párpados pesados sobre los ojos de un gigante dormido.

Más allá de la nostalgia que embarga a quienes conocieron sus anaqueles repletos, sus dependientes expertos y el aroma a tela nueva que impregnaba el aire, la historia de la Camisería Madrid es un reflejo de la transformación constante de nuestra ciudad. Desde 1922, año de su fundación por Don Pablo Madrid, un inmigrante español con visión y tesón, la camisería fue testigo de la evolución del Centro Histórico, de sus cambios sociales, económicos y culturales. Vio pasar la Revolución, el auge del cine mexicano, la modernización de la capital, la llegada de las grandes tiendas departamentales y el imparable avance del comercio electrónico.

La Camisería Madrid supo adaptarse, extendiendo su oferta a pantalones, abrigos, trajes de baño e incluso abriendo una tienda en línea. Sin embargo, el peso de los años, la competencia feroz y quizás el cambio en los hábitos de consumo, finalmente inclinaron la balanza. El comunicado en Facebook, breve y conmovedor, resonó como un lamento en las redes sociales. Los mensajes de despedida, los abrazos virtuales, las anécdotas compartidas, son un testimonio del cariño que la gente sentía por este emblemático establecimiento.

La historia de la Camisería Madrid nos invita a reflexionar sobre la importancia de valorar el comercio local, las empresas familiares que, con dedicación y esfuerzo, contribuyen al tejido social de nuestra ciudad. Nos recuerda que detrás de cada cierre, hay una historia de vida, de sueños cumplidos y desafíos superados. La Camisería Madrid ya no existe físicamente, pero su legado permanece en la memoria colectiva, en las camisas que vistieron generaciones de hombres y en el recuerdo de una época donde la elegancia y la atención personalizada eran valores fundamentales. Su historia, como la de tantos otros negocios tradicionales, forma parte del patrimonio intangible de la Ciudad de México, un patrimonio que debemos preservar y recordar. ¿Cuántos otros negocios, testigos silenciosos de nuestra historia, estarán librando su propia batalla por la supervivencia? ¿Qué podemos hacer para apoyarlos y evitar que sus puertas se cierren para siempre, dejando tras de sí solo el eco de un pasado glorioso?

Fuente: El Heraldo de México