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9 de junio de 2025 a las 08:10

Selva Lacandona: Controlan devastador incendio

El corazón de la Selva Lacandona, un tesoro de biodiversidad en Chiapas, latió con angustia bajo el asedio de las llamas. 826 hectáreas de selva alta perennifolia, un ecosistema vital para el planeta, sucumbieron al voraz incendio que se extendió por la Laguna Chavín, dentro del Área Natural Protegida Lacan-Tun. Imaginen el escenario: un infierno en verde, donde los valientes combatientes, verdaderos héroes anónimos, se enfrentaron no solo al fuego, sino también a un calor asfixiante de 40 grados y extenuantes caminatas de más de cinco horas para llegar al frente de batalla.

La lucha contra el fuego fue una titánica labor de equipo, una sinfonía de voluntades que unió a instituciones y comunidades. La Secretaría de Protección Civil desplegó toda su artillería: una avioneta surcó los cielos para evaluar la magnitud del desastre, mientras dos helicópteros, como libélulas gigantes, transportaban incansablemente al personal hacia la zona cero. En tierra, un ejército de combatientes de la Secretaría de Protección Civil, la Semahn, Conanp, Conafor, Defensa, Guardia Nacional y los gobiernos municipales de Ocosingo, Marqués de Comillas y Benemérito de las Américas, luchaban palmo a palmo contra el avance de las llamas.

Pero la batalla no se libró solo con tecnología y estrategia. La solidaridad de los habitantes de las comunidades aledañas fue un bálsamo en medio del caos. Con una generosidad conmovedora, pusieron a disposición lanchas y vehículos para el traslado del personal, abrieron las puertas de sus hogares ofreciendo alimento y hospedaje, e incluso se sumaron a las labores de vigilancia, demostrando que la unión hace la fuerza.

Finalmente, tras días de intensa lucha, la naturaleza se alió con los combatientes. La lluvia, tan esperada como un milagro, descendió sobre la selva calcinada, apagando las últimas brasas y dando un respiro a la tierra herida. El incendio, que amenazaba con extenderse aún más, fue controlado gracias a la combinación de esfuerzos humanos y la bendición del agua.

Sin embargo, la victoria tiene un sabor agridulce. La devastación de 826 hectáreas nos recuerda la fragilidad de nuestro entorno y la importancia de la prevención. Las investigaciones apuntan a que la causa del incendio fueron las quemas agrícolas descontroladas, una práctica que, si no se realiza con la debida precaución, puede tener consecuencias catastróficas.

A pesar de este doloroso episodio, Chiapas ha logrado una importante reducción en la superficie afectada por incendios forestales en comparación con el año anterior. Un 84.43% menos de hectáreas quemadas, una cifra que refleja el compromiso de las autoridades y la población en la protección de nuestros recursos naturales. Sin embargo, no podemos bajar la guardia. Cada árbol perdido, cada hectárea devastada, es una pérdida irreparable para nuestro planeta. La prevención, la educación y la colaboración entre instituciones y comunidades son las claves para evitar que tragedias como esta se repitan. La Selva Lacandona, un pulmón verde para México y el mundo, merece toda nuestra protección.

Fuente: El Heraldo de México