El río Mololoa, testigo silencioso del paso del tiempo y la historia de Nayarit, recibió este fin de semana una inyección de esperanza. Miles de nayaritas, respondiendo al llamado del gobernador Miguel Ángel Navarro Quintero y la doctora Beatriz Estrada Martínez, se unieron en una jornada de limpieza y saneamiento que trascendió lo simbólico para convertirse en una declaración de intenciones: Nayarit se compromete con su futuro, y ese futuro es verde.

No se trató simplemente de recoger basura, sino de sembrar una semilla de cambio en la conciencia colectiva. El gobernador Navarro Quintero, con la firmeza que lo caracteriza, instó a la ciudadanía a no ser meros espectadores, sino protagonistas en la defensa de los ecosistemas. Sus palabras resonaron con fuerza al señalar la necesidad de un cambio profundo, un cambio que empieza en cada uno de nosotros. Un cambio que nos exige responsabilidad en el manejo de nuestros desechos y nos llama a ser guardianes de la naturaleza que nos rodea.

Más allá de la limpieza superficial, el gobernador apuntó a las causas estructurales del problema, denunciando las descargas ilegales de empresas que operan al margen de la ley. Su compromiso con la aplicación de la ley, sin ceder a presiones, es un mensaje claro: la protección del medio ambiente no es negociable.

La jornada, enmarcada en el Acuerdo Nacional por el Agua, contó con el respaldo de la presidenta Claudia Sheinbaum, un respaldo que el gobernador Navarro Quintero recibió con entusiasmo, reafirmando la alineación de Nayarit con la visión nacional de un México más sustentable. La convicción y los resultados que el estado ha demostrado en materia ambiental, son la mejor carta de presentación en este esfuerzo conjunto por un futuro más limpio.

El director local de CONAGUA, Gerardo Leyva Álvarez, detalló el diagnóstico técnico que precedió a la jornada, un estudio exhaustivo de los 73 km del río Mololoa que permitió identificar los puntos críticos de azolve, acumulación de residuos y descargas ilegales. Este enfoque científico y planificado garantiza la eficacia de las acciones y sienta las bases para una restauración integral del cauce.

La participación ciudadana, combinada con el uso de maquinaria pesada en las zonas más afectadas, demuestra la magnitud del compromiso asumido. No se trata de una solución temporal, sino de un primer paso en un camino largo hacia la recuperación total del río Mololoa.

Esta primera fase deja una imagen esperanzadora: la de un pueblo unido, trabajando codo a codo por un objetivo común. La limpieza del río Mololoa es mucho más que una jornada de saneamiento, es un símbolo de la transformación que Nayarit está dispuesto a liderar. Es la prueba de que, cuando la voluntad y la acción se unen, es posible recuperar lo que parecía perdido y construir un futuro en armonía con la naturaleza. El río Mololoa, símbolo de vida y no de abandono, es el testigo de este nuevo comienzo.