
9 de junio de 2025 a las 11:40
México imparable.
La derecha, siempre agazapada, esperando el tropiezo, pregonaba hace apenas unos meses el inminente colapso de la economía mexicana bajo la presidencia de Claudia Sheinbaum. Con sus habituales aspavientos, aderezados con una fingida preocupación, auguraban un futuro catastrófico, un escenario dantesco donde la nación se sumiría en el caos. Sus programas de opinión, convertidos en púlpitos de la fatalidad, resonaban con predicciones apocalípticas: "Es el peor momento para México", sentenciaban con tono grave, mientras se deleitaban imaginando el fracaso. Seguían sus diatribas, cargadas de reproches infundados, con el berrinche característico de opinólogos convertidos en improvisados líderes de opinión, y de periodistas que, movidos por la bilis y el resentimiento, han abandonado la objetividad. "Esto nos pasa por votar por Sheinbaum", clamaban, culpando a la democracia de sus propios desvaríos. Soñaban con una intervención estadounidense, con la humillación de la soberanía nacional.
Y entonces, con la euforia del que encuentra un tesoro inesperado, celebraron el anuncio del incremento de aranceles por parte del gobierno estadounidense. Era la noticia que esperaban, la prueba irrefutable de su supuesta visión profética. Con esa mezcla de cinismo y alegría macabra, creyeron haber encontrado la estocada final contra el gobierno de Sheinbaum, sin importarles que con ello arrastrasen a todos los mexicanos, incluyendo a los migrantes, a un abismo económico. Pero sus festejos fueron prematuros.
La realidad, terca y contundente, desmintió sus pronósticos. Los indicadores económicos, presentados por la propia presidenta Sheinbaum, pintan un panorama radicalmente distinto. Bloomberg, una de las voces más autorizadas en materia financiera, confirma la estabilidad y fortaleza de la economía mexicana. El peso, lejos de debilitarse, se fortalece, alcanzando niveles no vistos en semanas. Las empresas estadounidenses, atraídas por la cercanía y la estabilidad, apuestan por México, impulsando las exportaciones y la confianza de los inversionistas internacionales. La tasa de interés a 10 años desciende, reflejo de un menor riesgo y mejores expectativas económicas. El costo de asegurar la deuda soberana disminuye, demostrando la confianza de los mercados en la solvencia del país.
Y a estos datos alentadores, se suma la reducción de la pobreza, un logro social de dimensiones históricas. El Banco Mundial, tras revisar sus metodologías, confirma que 11 millones de mexicanos han salido de la pobreza. Un testimonio irrefutable del éxito de las políticas sociales implementadas, centradas en el bienestar, el combate a la corrupción y el impulso al empleo y al salario.
Para quienes amamos a México, estas son noticias que nos llenan de orgullo y esperanza. Un espaldarazo a las acciones del gobierno y un incentivo para seguir trabajando por un futuro mejor. Para la derecha, en cambio, es una amarga derrota. Sus agoreras predicciones se han desvanecido como el humo. La historia, implacable juez, ya ha emitido su veredicto. Y mientras México avanza con paso firme, ellos permanecen atrapados en su negatividad, condenados al ostracismo por un pueblo que ha decidido mirar hacia adelante, con optimismo y confianza.
Fuente: El Heraldo de México