La sombra de la incertidumbre se cierne sobre la economía regional. El reciente incremento del 50% en los aranceles al acero y aluminio impuestos por Estados Unidos a México, una medida calificada de unilateral y contraria al espíritu de cooperación, ha generado una profunda preocupación en el sector empresarial mexicano. La Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) ha alzado la voz, advirtiendo sobre los riesgos latentes que esta decisión representa para el empleo, la inversión y el comercio en la región.

No se trata de una simple escaramuza comercial, sino de un golpe directo a la competitividad de sectores clave como el automotriz y el manufacturero, pilares fundamentales de la economía regional. Imaginemos las consecuencias: miles de empleos en peligro, inversiones congeladas, y un futuro incierto para las familias que dependen de estas industrias. La Coparmex, con la firmeza que la caracteriza, ha respaldado los esfuerzos del gobierno mexicano para frenar esta escalada arancelaria a través del diálogo y la utilización de los mecanismos establecidos en el T-MEC. La diplomacia y la negociación son las herramientas esenciales en estos momentos cruciales.

Es innegable la interdependencia económica entre ambos países. Recordemos que Estados Unidos disfruta de un superávit de cuatro mil millones de dólares y 2.3 millones de toneladas en productos terminados provenientes de México. Además, el 75% del acero mexicano se destina al mercado estadounidense. Estos datos demuestran la estrecha relación comercial y la importancia de mantener un flujo fluido de intercambio. La decisión de incrementar los aranceles no solo afecta a México, sino que también perjudica a la economía estadounidense.

El argumento de "seguridad nacional" esgrimido por el gobierno estadounidense para justificar esta medida resulta, cuanto menos, cuestionable. La Coparmex, con visión estratégica, ha destacado la importancia de las cadenas productivas como un pilar de resiliencia, un elemento clave para el dinamismo económico. Romper estas cadenas, construidas a lo largo de años de colaboración, es un error que tendrá consecuencias negativas para ambas naciones.

Ante la incertidumbre que genera esta situación, es fundamental fortalecer la capacidad de respuesta nacional. Debemos asegurar el acceso a insumos competitivos, garantizar un entorno de seguridad y un sólido Estado de Derecho. Solo así podremos mitigar los efectos negativos de esta decisión y proteger el futuro de nuestra economía. La unidad y la colaboración entre el gobierno, el sector empresarial y la sociedad civil son cruciales en estos momentos.

La reunión entre el secretario de Economía, Marcelo Ebrard, el embajador Jamieson Greer y representantes de Estados Unidos, tras la firma de la orden ejecutiva por parte del presidente Donald Trump, abre una ventana de oportunidad para el diálogo y la búsqueda de soluciones. La Coparmex, junto con otros organismos como la Cámara Nacional de la Industria del Aluminio (Canalum), se mantiene vigilante y se suma al rechazo de esta medida proteccionista, con la esperanza de que prime la razón y se revierta una decisión que pone en riesgo la prosperidad compartida. El futuro de la región depende de ello.