La sombra de la impunidad parecía cernirse sobre un caso que helaba la sangre: el abuso sexual a una niña de tan solo dos años y tres meses. Tres largos años transcurrieron desde aquel marzo de 2022 en Comitán, Chiapas, donde la inocencia fue brutalmente vulnerada. Tres años en los que la familia de la pequeña, marcada por el dolor y la indignación, clamaba justicia. Un silencio que se rompía únicamente con el eco de la pregunta: ¿dónde está el responsable?

La búsqueda incansable, liderada por la Fiscalía del Estado de Chiapas, traspasó las fronteras estatales. La colaboración interinstitucional, un pilar fundamental en la lucha contra la delincuencia, se convirtió en la clave para desentrañar este oscuro episodio. La Fiscalía General del Estado de Oaxaca, respondiendo al llamado de justicia, se sumó a la causa, activando a la Vicefiscalía Regional de la Costa para dar con el paradero del presunto culpable.

Las investigaciones, minuciosas y exhaustivas, se desarrollaron con la presión del tiempo y la importancia de brindar una respuesta a la sociedad. Cada pista, cada indicio, era analizado con la esperanza de arrojar luz sobre el caso. Finalmente, la orden de aprehensión contra D.A.R.C. fue emitida, marcando un punto de inflexión en la búsqueda.

La cacería humana se intensificó. Fuerzas estatales y federales unieron sus capacidades operativas en una red que se extendía por todo el territorio. La presión sobre el fugitivo aumentaba con cada día que pasaba, cerrando el círculo a su alrededor. La justicia, paciente pero implacable, estaba a punto de alcanzarlo.

Tras una intensa labor de inteligencia y rastreo, D.A.R.C. fue capturado en territorio oaxaqueño. El alivio, mezclado con la satisfacción del deber cumplido, inundó a los investigadores. La noticia corrió como la pólvora, llevando un mensaje de esperanza a la familia de la víctima y a una sociedad que exige justicia.

El detenido fue puesto a disposición del Ministerio Público de Oaxaca para su certificación médica, un procedimiento legal indispensable antes de su traslado. Posteriormente, se iniciaron los trámites para su entrega a los Agentes de Investigación de Chiapas, donde enfrentará el proceso legal correspondiente por el aberrante crimen cometido.

Este caso nos recuerda la importancia de la colaboración entre las instituciones y la perseverancia en la búsqueda de la justicia. Es un llamado a la sociedad a no olvidar a las víctimas y a exigir que los responsables de estos actos atroces sean llevados ante la ley. La captura de D.A.R.C. representa un paso importante, pero la lucha por la justicia y la protección de la infancia continúa. Que este caso sirva como ejemplo de que la impunidad no tiene cabida en una sociedad que busca un futuro mejor para sus niños.