La comunidad LGBTQ+ de Denver, Colorado, se encuentra de luto tras el hallazgo del cuerpo sin vida de Jax Gratton, una estilista trans de 34 años que llevaba desaparecida dos meses. El descubrimiento, realizado por amigos y familiares en un callejón de Lakewood, ha conmocionado a quienes la conocían y ha generado una ola de dolor y preocupación en la ciudad. Aunque las autoridades aún esperan los resultados de la autopsia para determinar la causa de la muerte, la posibilidad de un crimen de odio no se descarta, alimentando el temor y la indignación en un contexto de creciente violencia contra las personas transgénero.

La desaparición de Jax, ocurrida la noche del 15 de abril, dejó un vacío inmenso en la vida de sus seres queridos. Aquella noche, salió de su casa, ubicada cerca de la cuadra 4200 de una avenida de Denver, informando a sus compañeros de cuarto que regresaría en tres horas. Sin embargo, Jax nunca volvió. La angustia y la incertidumbre se apoderaron de su familia y amigos, quienes de inmediato iniciaron una intensa búsqueda, recurriendo a las redes sociales y a la colaboración ciudadana para difundir su imagen y cualquier información que pudiera llevar a su paradero.

Durante las semanas que duró la búsqueda, la madre de Jax, Cherilynne Gratton-Camis, vivió una auténtica pesadilla. Aferrada a la esperanza de encontrar a su hija con vida, tuvo que lidiar con rumores y especulaciones que sugerían que Jax podría estar cautiva o sufriendo torturas. El hallazgo de su cuerpo, aunque devastador, puso fin a la incertidumbre y a esas terribles conjeturas. "Entonces, saber que eso no era cierto… eso me da paz", declaró Cherilynne en una conmovedora entrevista con la CBS de Colorado. La madre reconoció a su hija por sus tatuajes y la vestimenta que llevaba, confirmando así el trágico desenlace.

Las autoridades han calificado la muerte de Jax como "sospechosa", y la autopsia, programada para el próximo domingo de junio, se espera que arroje luz sobre las circunstancias que rodearon su fallecimiento. Mientras tanto, la comunidad LGBTQ+ y los aliados se han unido para exigir justicia y recordar a Jax como una persona vibrante, llena de vida y talento. Su amiga Aubrey Saikele, en un emotivo mensaje de despedida, compartió la costumbre que tenían de regalarse flores mutuamente. "Solo quería llevarle algunas de sus flores favoritas, solo para decirle que ya estaba bien. Solo para despedir a nuestra bebé la última vez con sus flores", expresó con profunda tristeza.

El caso de Jax Gratton pone de manifiesto la vulnerabilidad de las personas transgénero y la necesidad de redoblar los esfuerzos para combatir la discriminación y la violencia que sufren a diario. Su memoria servirá como un recordatorio constante de la importancia de la inclusión, el respeto y la lucha por un mundo donde todas las personas, independientemente de su identidad de género, puedan vivir con seguridad y dignidad. La comunidad de Denver se une en el dolor y la esperanza de que se haga justicia para Jax.