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9 de junio de 2025 a las 09:10
Domina los Mares
La supremacía en los mares, un anhelo histórico que resuena con fuerza en el siglo XXI. Desde las antiguas talasocracias hasta las potencias modernas, el dominio marítimo se ha erigido como un pilar fundamental para la proyección de poder e influencia a nivel global. Alfred T. Mahan, visionario estratega naval, legó una doctrina que ha trascendido el tiempo: el control de los océanos es la llave maestra para alcanzar la hegemonía internacional. Esta premisa, validada a lo largo de la historia por imperios como el británico y potencias como Estados Unidos, cobra una renovada vigencia en el actual escenario geopolítico.
El Indo-Pacífico, crisol de tensiones y ambiciones, se ha convertido en el epicentro de una nueva competencia por el dominio marítimo. China, emulando las enseñanzas de Mahan, ha emprendido una ambiciosa expansión de su poder naval, construyendo una armada formidable y desplegando su presencia en zonas estratégicas como el Mar de la China Meridional. Esta audaz estrategia, que busca desafiar el predominio estadounidense en la región, ha generado una reacción en cadena entre las demás potencias. Japón, India y Australia, conscientes de la importancia crucial del control marítimo, han intensificado sus esfuerzos para fortalecer sus capacidades navales y han forjado alianzas estratégicas, como el pacto AUKUS, con el objetivo de preservar la libertad de navegación y contener el avance chino.
El control de los mares no se limita a una mera demostración de fuerza militar. Trasciende la esfera bélica y se convierte en un factor determinante para la seguridad económica y el desarrollo de las naciones. Proteger las rutas marítimas, vitales para el comercio internacional, garantiza el acceso a recursos estratégicos como las pesquerías, los hidrocarburos offshore y los minerales críticos. En un mundo interconectado, donde más del 80% del comercio se realiza por vía marítima, la inversión en infraestructura portuaria y en una flota naval moderna se convierte en una necesidad imperiosa para cualquier país que aspire a prosperar en el escenario global. Aquellos que descuiden su dimensión marítima se verán relegados, tanto en términos económicos como de seguridad, en la carrera por el desarrollo.
México, con sus más de 11,000 kilómetros de litoral, posee un potencial marítimo inmenso, aún subutilizado. Para consolidar su posición como potencia económica y logística en la región, es indispensable una estrategia marítima integral que articule el fortalecimiento de la Armada, el desarrollo de infraestructura portuaria de vanguardia y la protección efectiva de sus aguas territoriales. La seguridad energética, alimentaria y comercial del país depende, en gran medida, de su capacidad para aprovechar las oportunidades que ofrece el mar.
La reciente participación de la Patrulla Oceánica de Largo Alcance ARM “Benito Juárez” (POLA-101), la unidad más moderna y sofisticada de la Armada de México, en ejercicios multinacionales, es una muestra del compromiso del país con la proyección de su liderazgo naval. El anuncio de la construcción de siete nuevos buques de vigilancia oceánica (BVO), con tecnología de punta y diseño nacional, reafirma la apuesta por la modernización de la flota y el refuerzo de la vigilancia en la zona económica exclusiva. Estas nuevas embarcaciones, equipadas con drones, helicópteros, lanchas interceptoras y tecnología de sonar desarrollada por la UNINDETEC, representan un salto cualitativo en la capacidad de México para proteger sus intereses marítimos.
Finalmente, los recientes nombramientos del General de Brigada Rubén Darío Díaz Esparza como Director General de Educación Militar y Rector de la UDEFA, y del General de Ala José Ernesto San Román Águila como Director del Colegio de Defensa Nacional, reflejan la importancia que se otorga a la formación y la capacitación de los líderes militares en el ámbito marítimo. Les deseamos el mayor de los éxitos en sus nuevas responsabilidades. La defensa y el aprovechamiento sostenible de nuestros mares son un imperativo estratégico para el presente y el futuro de México.
Fuente: El Heraldo de México