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9 de junio de 2025 a las 09:10

Diálogo: la clave para la paz en México.

En un México que busca la paz como estandarte, el diálogo se alza no como una simple opción, sino como una necesidad imperiosa. No basta con oír, se requiere comprender las distintas realidades que laten en nuestro país, proponer soluciones conjuntas, construir puentes en lugar de muros y, sobre todo, cultivar la empatía como herramienta fundamental para la reconciliación. El diálogo, como lo impulsa nuestra presidenta Claudia Sheinbaum Pardo y lo practica la Secretaría de Gobernación, es la piedra angular para tejer la paz que anhelamos. No se trata de un monólogo sordo, sino de un intercambio genuino donde cada voz, cada perspectiva, encuentra su espacio.

La escucha activa, esa virtud que distingue a tantas mujeres y que caracteriza la labor de nuestra Presidenta y la Secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez, es la clave para gobernar con el pueblo y para el pueblo. Es en la escucha atenta donde se descubren las necesidades reales, las inquietudes profundas y las soluciones que surgen de la propia ciudadanía. Desde octubre, he sido testigo del poder transformador del diálogo en diversas mesas de trabajo, donde la cercanía y la comprensión han logrado acercar posturas aparentemente irreconciliables. En mi labor dentro de la Segob, el contacto constante con asociaciones religiosas y civiles refuerza la convicción de que los valores compartidos y la atención a las problemáticas sociales son los pilares sobre los cuales construiremos la paz que México necesita.

Reconocemos que la desconfianza es una herida profunda en nuestra sociedad. Décadas de abandono y manipulación han sembrado la duda en muchos corazones. Por ello, la Cuarta Transformación asume el reto de reconstruir la confianza perdida, demostrando con hechos que el diálogo actual es real, activo y con un interés genuino en alcanzar acuerdos que beneficien a todo México. La paz es un anhelo que se construye con justicia y bienestar, y la justicia florece cuando la voluntad de escuchar se impone a la indiferencia.

El diálogo no puede ser una mera formalidad, un acto simbólico vacío de contenido. Debe ser un proceso vivo, dinámico y genuino, donde la búsqueda de soluciones conjuntas sea el motor que impulse la transformación. Cuando la confianza se ha resquebrajado, como ha sucedido con muchos gobiernos en el pasado, la escucha activa, la empatía y la búsqueda del bienestar y la justicia son los caminos para restablecer un diálogo real y constructivo. Un diálogo que nos permita alcanzar acuerdos duraderos y contribuir a la paz en cada rincón de nuestro país.

Desde los conflictos que surgen en el seno familiar hasta las grandes problemáticas nacionales, el diálogo activo y real se erige como la herramienta fundamental para alcanzar acuerdos y construir la paz que todos anhelamos. Es una tarea de todos, un compromiso compartido que nos invita a escuchar, comprender y construir un México más justo y pacífico.

Fuente: El Heraldo de México