
9 de junio de 2025 a las 12:05
Desolación y Esperanza: El Mundo de McCarthy
La vida, un lienzo pintado en blanco y negro, donde la luz y la sombra danzan en un eterno contraste. ¿Qué sucede cuando estos dos extremos, aparentemente irreconciliables, se encuentran cara a cara en el abismo de la desesperanza? "El último tren", inspirada en la obra de Cormac McCarthy, nos presenta este preciso instante, un instante congelado en el tiempo donde la vida y la muerte se miran a los ojos.
Imaginen la escena: el rugido metálico del metro aproximándose, la frialdad del andén, un hombre (Blanco) al borde del precipicio, listo para entregarse al vacío. De pronto, una mano lo detiene, una voz lo interrumpe, una fuerza lo regresa a la realidad. Es Negro, un exconvicto cuya fe inquebrantable contrasta con la desesperanza del profesor universitario. Dos mundos colisionan, dos visiones opuestas de la existencia se enfrentan en un diálogo cargado de tensión, una batalla silenciosa entre la luz y la oscuridad.
No se trata de una simple discusión filosófica, sino de un crudo reflejo de la condición humana, de nuestras contradicciones, de la fragilidad de nuestras convicciones. Blanco, inmerso en un nihilismo profundo, ha perdido el sentido de la vida. Negro, marcado por un pasado turbulento, ha encontrado en la fe una razón para seguir adelante, un ancla en medio de la tormenta.
La puesta en escena, bajo la dirección de Luis Ángel Gómez, intensifica esta dualidad. El escenario, dividido entre la luz y la sombra, materializa el conflicto interno de los personajes. Marco Antonio García, como Negro, encarna la fuerza de la esperanza, la posibilidad de redención. Carlos Álvarez, como Blanco, representa la desolación, el vacío existencial.
"El último tren" no ofrece respuestas fáciles, no pretende juzgar ni moralizar. Nos invita a reflexionar sobre la complejidad de la vida, a cuestionar nuestras propias creencias, a contemplar la posibilidad de encontrar la luz incluso en la oscuridad más profunda. No es una obra para espectadores pasivos, sino para aquellos que buscan sumergirse en las profundidades del alma humana, para quienes se atreven a confrontar sus propios demonios.
La muerte de McCarthy, un gigante de la literatura contemporánea, añade una capa adicional de significado a esta puesta en escena. Su obra, marcada por la exploración de la condición humana en situaciones límite, resuena con fuerza en "El último tren". La obra se convierte así en un homenaje póstumo a un autor que supo retratar con maestría la oscuridad y la luz que habitan en cada uno de nosotros.
No pierdan la oportunidad de presenciar este encuentro con la palabra de McCarthy, una experiencia teatral que los conmoverá, los hará reflexionar y, quizás, les permitirá encontrar un nuevo significado en el contraste eterno del blanco y el negro, de la vida y la muerte. Un viaje al corazón de la condición humana que no olvidarán.
Fuente: El Heraldo de México