En un contexto nacional donde la búsqueda de la paz se ha convertido en una prioridad, la reciente reunión entre Clara Luz Flores Carrales, Titular de la Unidad de Asuntos Religiosos, Prevención Social y Reconstrucción del Tejido Social, y empresarios de Nuevo León, resuena con fuerza como un llamado a la colaboración y la acción conjunta. No se trata simplemente de un encuentro protocolario, sino de un diálogo profundo que pone de manifiesto la importancia del sector empresarial en la construcción de un México más pacífico.

Flores Carrales, con una visión clara y contundente, ha subrayado el papel crucial de las empresas como agentes de cambio. No son meros generadores de riqueza, sino actores clave en el desarrollo comunitario, contribuyendo a la estabilidad social a través de la creación de empleos y oportunidades. Esta perspectiva, que va más allá de la visión tradicional del empresariado, sitúa a las empresas en el centro de la estrategia para la pacificación del país.

La funcionaria ha destacado la intrínseca relación entre la paz social y el desarrollo económico. Un entorno pacífico no solo reduce los riesgos inherentes a la violencia, sino que también impulsa la productividad y la competitividad. Se crea así un círculo virtuoso donde la paz se convierte en el motor de un crecimiento económico sostenible y equitativo. Este enfoque pragmático, que apela al interés del sector empresarial, refuerza la idea de que invertir en paz es invertir en el futuro del país.

La reconstrucción del tejido social, un concepto clave en la estrategia de pacificación, implica un abordaje integral que va más allá de la simple reacción ante los efectos de la violencia. Se trata de atacar las causas profundas, de prevenir la violencia desde la raíz, y para ello se requiere la participación activa de todos los sectores de la sociedad. La Unidad de Asuntos Religiosos, bajo el liderazgo de Flores Carrales, impulsa acciones con un enfoque comunitario, donde el diálogo y la prevención se convierten en herramientas fundamentales para el cambio.

La invitación al sector empresarial a sumarse a este esfuerzo no se limita a la inversión económica, sino que se extiende a la participación en proyectos sociales, la creación de espacios seguros y la formación de alianzas estratégicas. Se trata de una corresponsabilidad que implica un compromiso activo con la comunidad y una visión de largo plazo. La construcción de la paz no es una tarea exclusiva del gobierno, sino un esfuerzo colectivo que requiere la participación de todos los actores sociales.

El llamado de Flores Carrales se alinea con los esfuerzos de pacificación y bienestar impulsados por la Presidenta Claudia Sheinbaum y la Secretaria Rosa Icela Rodríguez, desde la Secretaría de Gobernación. Se busca generar un entorno social pacífico y con oportunidades, donde las empresas puedan prosperar y contribuir al desarrollo del país. Un entorno donde el miedo ceda paso a la comunidad, la certidumbre y el sentido de pertenencia.

La creación de Redes de Paz, donde convergen todos los sectores, incluyendo el empresarial, se presenta como una estrategia fundamental para generar condiciones sostenibles de convivencia y desarrollo. La inversión en prevención de la violencia no se considera un gasto, sino una inversión social que fortalece el entorno y protege la operación de las empresas. Cada peso destinado a programas comunitarios representa una contribución a la construcción de un México más pacífico y próspero.

En definitiva, el mensaje de Clara Luz Flores Carrales es un llamado a la acción, una invitación a la corresponsabilidad y una apuesta por el futuro. La construcción de la paz es un camino que debemos recorrer juntos, y el sector empresarial tiene un papel fundamental que desempeñar en este proceso.