
9 de junio de 2025 a las 09:05
AMLO y Trump: ¿Jueces bajo control?
Desde el berrinche arancelario de Donald Trump, que simbólicamente rompió lazos con Elon Musk y desafió al Poder Judicial de su país, hasta la coincidencia ideológica con Andrés Manuel López Obrador en la cuestionada elección judicial en México, se teje una trama de poder y control. Trump, en su estilo incendiario, sugirió la elección popular de jueces, un eco de la reciente práctica de la 4T. Esta propuesta, aunque no inédita en su retórica, lo acerca paradójicamente a AMLO, una figura usualmente en sus antípodas discursivas. Mientras Trump argumentaba contra el poder de jueces “no electos” para bloquear sus aranceles, México vivía una elección judicial plagada de irregularidades, desde campañas breves y baja participación, hasta votos nulos, "acordeones" y una estructura que facilitaría reelecciones automáticas por hasta nueve años. La OEA, observadora del proceso, no lo calificó como el “éxito democrático” pregonado por el régimen, sino que le puso un tache rotundo, desaconsejándolo como modelo continental. El informe critica la designación de seis de los nueve miembros de la Suprema Corte por el Ejecutivo, desnudando la “autonomía” judicial como mero decorado. Así, mientras Trump coqueteaba con la idea, México la implementaba con tropiezos. Tabasqueño y neoyorquino, unidos por el anhelo de controlar lo incómodo, incluyendo al Poder Judicial.
Más allá del escenario judicial, la Agencia de Seguridad, Energía y Ambiente (ASEA), creada en 2015 con la promesa de vigilancia ambiental en el sector energético, se ha transformado en un instrumento de castigo. Lo que prometía ser una salvaguarda ambiental, deviene en una maquinaria burocrática de criterios legales cambiantes, discrecionales y, en muchos casos, retroactivos. Las clausuras de estaciones de servicio por supuestas “faltas de autorización vigente”, como si la ASEA invalidara lo preexistente, evidencian la problemática. No se trata de una genuina preocupación ambiental, sino de inconsistencias, vacíos legales y descoordinación entre autoridades, agravados por el tope al precio de combustibles que limita los márgenes de ganancia. La combinación es letal: menos ingresos y más sanciones. La ausencia de una ruta de regularización clara, con criterios fluctuantes, prórrogas negadas y clausuras que se adelantan al diálogo, genera un clima de incertidumbre. En vez de impulsar la formalidad y la transición energética, la ASEA siembra temor, desalienta la inversión y castiga indiscriminadamente.
En otro orden de ideas, el silencio habitual de Andrés Manuel López Beltrán se rompió, solo para ser recibido con burlas y críticas, incluso dentro de Morena. El mote de "Andy" parece resistirse al olvido, a pesar de sus intentos de pronunciamiento.
Y como diría un filósofo cuyo nombre se me escapa, entre Trump y AMLO existen diferencias abismales, pero coinciden en un sueño: controlar el mundo… y a los jueces.
Por Alfredo González Castro
@ALFREDOLEZ
PAL
Fuente: El Heraldo de México