México se enfrenta a una semana marcada por contrastes meteorológicos extremos. Mientras el Pacífico se agita con la fuerza de la tormenta tropical Barbara, que amenaza con convertirse en huracán categoría 1 en las próximas horas, azotando las costas de Michoacán, Colima, Jalisco y Guerrero con lluvias torrenciales, vientos de hasta 90 km/h y olas que podrían alcanzar los 5 metros de altura, el norte del país se prepara para un escenario completamente diferente, aunque igualmente peligroso.

La presencia de una línea seca, en conjunción con la corriente en chorro subtropical, creará un ambiente propicio para la formación de torbellinos y tornados en Chihuahua y Coahuila, acompañados de lluvias, chubascos y fuertes rachas de viento que levantarán tolvaneras, incrementando el riesgo para la población y las infraestructuras. Esta inestabilidad atmosférica se mantendrá en los próximos días, por lo que se recomienda a los habitantes de estas zonas mantenerse informados y seguir las indicaciones de Protección Civil.

Mientras tanto, en el sureste del país, la historia es otra. La humedad proveniente del Pacífico, el Golfo de México y el Mar Caribe, alimentada por canales de baja presión, descargará chubascos y tormentas eléctricas, con posibilidad de granizo, sobre la Mesa del Norte, la Mesa Central y el sureste. Oaxaca y Chiapas, así como el oriente y la Península de Yucatán, serán las zonas más afectadas por estas precipitaciones, que podrían alcanzar niveles muy fuertes. La combinación de lluvias intensas y vientos fuertes aumenta el riesgo de deslaves e inundaciones, por lo que se insta a la población a extremar precauciones.

Y como si fuera poco, una onda de calor abraza gran parte del territorio nacional, elevando las temperaturas a niveles alarmantes. En Baja California, Sonora, Chihuahua y el norte de Sinaloa, el termómetro podría superar los 45°C, mientras que en Nayarit, Jalisco, Durango y Campeche se esperan máximas entre 40 y 45°C. El resto del centro, sur y sureste del país no escapará del calor extremo, con temperaturas que oscilarán entre los 35 y 40°C.

Ante este panorama complejo, es crucial mantenerse informado sobre la evolución de estos fenómenos meteorológicos. Las autoridades recomiendan a la población seguir las indicaciones de Protección Civil, evitar exponerse a las altas temperaturas y a las lluvias intensas, y estar preparados ante la posibilidad de deslaves, inundaciones, caída de árboles y aumento del riesgo de incendios forestales. La situación en el Pacífico, con la presencia de la tormenta tropical Barbara y la recién formada depresión tropical Tres-E, requiere una vigilancia constante, ya que la interacción entre ambos sistemas podría generar el "Efecto Fujiwhara", un fenómeno que puede alterar las trayectorias e intensidades de las tormentas, añadiendo un factor más de incertidumbre a la ya complicada situación meteorológica.

Además, se recuerda a la población la importancia de mantenerse hidratados, especialmente en las zonas afectadas por la onda de calor. Se recomienda evitar realizar actividades al aire libre durante las horas de mayor radiación solar y utilizar ropa y calzado adecuados para protegerse del sol. En caso de presentar síntomas de golpe de calor, como mareos, náuseas o dolor de cabeza, es fundamental buscar atención médica de inmediato. La prevención y la preparación son clave para enfrentar estos eventos climáticos extremos y minimizar sus impactos.