La furia del Pacífico se ha despertado. Bárbara, inicialmente una tímida tormenta tropical, ha rugido con fuerza y se ha transformado en el primer huracán del 2025, alcanzando la categoría 1 en la escala Saffir-Simpson. La noticia, confirmada por el Servicio Meteorológico Nacional (SMN), ha puesto en alerta a las autoridades y a la población de los estados de Jalisco, Colima y Michoacán, principalmente en las zonas costeras. La amenaza no es solo el viento, que ya comienza a azotar con fuerza las palmeras y agitar las aguas del océano, sino también las intensas precipitaciones que Bárbara arrastra consigo.

El SMN advierte sobre la posibilidad de lluvias torrenciales que podrían desencadenar escenarios devastadores: deslaves en zonas montañosas, crecidas repentinas de ríos y arroyos, e inundaciones en las zonas bajas. La imagen de calles convertidas en ríos, casas anegadas y familias desplazadas es un fantasma que amenaza con materializarse si no se toman las precauciones necesarias. El llamado a la población es claro y urgente: atender los avisos del SMN y las recomendaciones de Protección Civil. La preparación es la mejor defensa ante la furia de la naturaleza.

Mientras Bárbara continúa su trayectoria sobre las costas de Colima y Jalisco, la incertidumbre se apodera de los habitantes. Pescadores han asegurado sus embarcaciones, comerciantes protegen sus negocios y familias se preparan para lo peor. En Guerrero, la gobernadora Evelyn Salgado Pineda ha declarado la alerta verde, un llamado a la precaución ante el riesgo bajo, pero latente. La calma tensa se respira en el aire mientras se espera el impacto de Bárbara.

A 290 kilómetros al sur de Zihuatanejo, donde se originó el fenómeno, la expectativa es palpable. La Costa Grande y el resto del estado se preparan para las fuertes lluvias que se pronostican. El gobierno estatal, en coordinación con la Secretaría de Gestión Integral de Riesgos y Protección Civil Guerrero, ha desplegado un operativo de vigilancia permanente y acciones preventivas. La maquinaria está lista, los refugios temporales están preparados y los equipos de rescate se encuentran en alerta máxima.

En Acapulco, uno de los destinos turísticos más importantes del país, la fase amarilla de vigilancia se ha activado. La belleza de sus playas contrasta con la inquietud que genera el pronóstico de lluvias intensas y rachas de viento de hasta 50 kilómetros por hora. La recomendación a los turistas y residentes es clara: extremar precauciones y mantenerse informados a través de los canales oficiales.

La evolución de Bárbara es impredecible. Los expertos del SMN monitorean constantemente su trayectoria y intensidad. Las próximas horas serán cruciales para determinar el impacto real del huracán en las costas del Pacífico. La esperanza es que Bárbara pierda fuerza al tocar tierra, pero la preparación y la prudencia son las mejores aliadas ante la incertidumbre. Mientras tanto, la naturaleza nos recuerda su poder y la importancia de respetar su fuerza.