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9 de junio de 2025 a las 02:15

Un nuevo planeta vecino

En los confines de nuestro sistema solar, donde la luz del Sol se desvanece en una tenue penumbra, un nuevo misterio ha despertado la curiosidad de la comunidad científica. Imagine un mundo helado, cinco veces más pequeño que nuestra Luna, recorriendo una órbita tan extensa que un solo "año" dura más de 24,000 de los nuestros. Este fascinante objeto transneptuniano, bautizado con la críptica denominación 2017 OF 201, ha emergido de las sombras del Cinturón de Kuiper, una región más allá de Neptuno que hasta ahora creíamos desierta.

El hallazgo, obra de un equipo de investigadores de la Universidad de Princeton, liderado por el científico chino Sihao Cheng, nos invita a repensar lo que sabemos sobre los límites de nuestro vecindario cósmico. Utilizando complejos algoritmos y una exhaustiva búsqueda computacional, Cheng y sus colegas, Jiaxuan Li y Eritas Yang, lograron identificar el rastro casi imperceptible de este cuerpo celeste, un punto de luz moviéndose a un ritmo glacial contra el telón de estrellas distantes. La Unión Astronómica Internacional, a través de su Centro de Planetas Menores, ha confirmado oficialmente el descubrimiento, añadiendo una nueva pieza al rompecabezas de nuestro sistema solar.

La órbita de 2017 OF 201 es, sin duda, uno de sus aspectos más intrigantes. Su trayectoria elíptica lo lleva a distancias asombrosas del Sol. En su afelio, el punto más alejado de su órbita, se encuentra a la friolera de 245,000 millones de kilómetros, una distancia que cuesta imaginar. Para ponerlo en perspectiva, esto es más de 1,600 veces la distancia entre la Tierra y el Sol. Por otro lado, en su perihelio, el punto más cercano al Sol, se acerca a "tan solo" 7,000 millones de kilómetros, una distancia similar a la órbita de Plutón. Este baile cósmico, entre la proximidad relativa y la lejanía extrema, es una danza que dura milenios, un ciclo que se repite cada 24,000 años terrestres.

¿Qué eventos cósmicos podrían haber catapultado a 2017 OF 201 a esta órbita tan peculiar? Los científicos especulan que la respuesta podría residir en un encuentro cercano con un gigante gaseoso, como Júpiter o Saturno, en los albores de nuestro sistema solar. La inmensa gravedad de estos planetas podría haber perturbado la órbita original de 2017 OF 201, expulsándolo hacia las regiones exteriores. Eritas Yang sugiere que este encuentro gravitacional pudo haber sido tan violento que el planeta enano fue inicialmente lanzado a la nube de Oort, un reservorio de cometas y objetos helados que se extiende a distancias inimaginables del Sol. Posteriormente, algún otro evento, aún desconocido, podría haberlo devuelto hacia el interior del sistema solar, colocándolo en su actual órbita.

El descubrimiento de 2017 OF 201 no solo amplía nuestro conocimiento sobre los objetos transneptunianos, sino que también nos ofrece una ventana al pasado, una oportunidad para comprender los procesos dinámicos que dieron forma a nuestro sistema solar. Aún queda mucho por aprender sobre este distante mundo helado. Determinar su tamaño con precisión, analizar su composición y desentrañar los detalles de su historia orbital son desafíos que mantendrán ocupados a los astrónomos en los años venideros. Cada nueva pieza de información que obtengamos nos acercará un poco más a la comprensión de los misterios que se esconden en los confines de nuestro hogar cósmico.

Fuente: El Heraldo de México