
8 de junio de 2025 a las 23:20
Sheinbaum: Hugo Aguilar, guardián de la justicia.
Un cambio de paradigma se respira en México. Ya no son las élites, los pocos, los que dictan el rumbo del país. La voz del pueblo, expresada en las urnas, es la que ahora resuena con fuerza, decidiendo el futuro de la nación. Así lo ha manifestado la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, reafirmándolo con la contundente participación ciudadana en la reciente elección de jueces, magistrados y ministros. Treinta millones de mexicanos, una cifra que habla por sí sola, han ejercido su derecho democrático, eligiendo a quienes impartirán justicia en el país. A pesar de las voces disonantes, de aquellos que se resisten a este nuevo orden, la transformación es innegable. Aquellos que antes concentraban el poder, ahora ven cómo la soberanía reside en la ciudadanía. Y es que no se trata solo de un cambio de nombres, sino de un cambio de fondo, un cambio en la esencia misma del poder.
La elección del abogado mixteco Hugo Aguilar Ortiz como presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) es un símbolo poderoso de esta transformación. Un hito histórico que marca un antes y un después en la justicia mexicana. Después de Benito Juárez, ningún otro indígena había ocupado este cargo. Hoy, Aguilar Ortiz, un hombre honesto y sencillo, se erige como guardián de la justicia, representando la diversidad y la inclusión que caracterizan a la Cuarta Transformación. Su nombramiento no es solo un triunfo personal, sino una victoria para todos los mexicanos, una muestra tangible de que el acceso a las más altas esferas del poder ya no es un privilegio de unos cuantos.
Este espíritu de transformación se materializa también en acciones concretas, como la inauguración de dos torres médicas en el Hospital General para la Niñez Poblana. Un hospital de vanguardia, equipado con tecnología de punta, que no tiene nada que envidiar a los mejores centros médicos del mundo. Una obra trascendental que brindará atención especializada en oncología y cardiología a miles de niños, no solo de Puebla, sino de toda la región. Una inversión millonaria que se traduce en esperanza y en la posibilidad de una vida mejor para la infancia mexicana. La salud, un derecho fundamental, deja de ser un privilegio para convertirse en una realidad accesible para todos.
Esta inauguración, más que un acto protocolario, es una muestra palpable del compromiso del gobierno con el bienestar de la población. Una apuesta decidida por un futuro más justo y equitativo, donde la salud y la seguridad sean pilares fundamentales. El gobernador Alejandro Armenta Mier ha destacado la importancia de esta obra, calificándola como un acto de auténtico humanismo. Y es que no hay mayor muestra de humanismo que invertir en la salud de los niños, en su futuro, en la esperanza de un mañana mejor.
El secretario de Salud, David Kershenobich Stalnikowitz, ha resaltado la visión de la presidenta Sheinbaum Pardo de crear un sistema de salud único, moderno y accesible para todos los mexicanos. Un sistema que se actualiza constantemente para ofrecer la mejor atención médica posible. Y el Hospital de la Niñez Poblana es un ejemplo perfecto de esta visión.
Alejandro Svarch Pérez, director general del IMSS Bienestar, ha detallado la magnitud de la obra, con una inversión millonaria en infraestructura y equipamiento de última generación. Un hospital que se convertirá en un referente regional, atendiendo a niños y adolescentes de diversos estados. Un incremento significativo en la capacidad de atención, en consultas, cirugías y procedimientos médicos, que se traduce en una mejora sustancial en la calidad de vida de miles de familias.
La transformación está en marcha. No se trata solo de discursos, sino de hechos concretos, de obras que cambian vidas. Un México donde el pueblo decide, donde la justicia se imparte con equidad, y donde la salud es un derecho para todos.
Fuente: El Heraldo de México