
8 de junio de 2025 a las 05:20
La verdad oculta de Miguel Uribe
La sombra de la violencia se cierne nuevamente sobre la familia Uribe Turbay. El reciente atentado contra el precandidato presidencial Miguel Uribe Turbay nos obliga a recordar un doloroso capítulo de la historia colombiana, un capítulo que marcó a fuego la vida de este político y que resuena con la tragedia que vivió su madre, la reconocida periodista Diana Turbay. El eco de los disparos que hirieron a Miguel Uribe en Bogotá despierta el fantasma del narcoterrorismo que azotó al país a finales de los ochenta e inicios de los noventa. Una época de plomo en la que los carteles de la droga, con Pablo Escobar a la cabeza, desafiaron al Estado colombiano sembrando el terror y la muerte. Diana Turbay, hija del expresidente Julio César Turbay Ayala, fue una de las víctimas de esa guerra sin cuartel. Su compromiso con la verdad y su búsqueda incansable de la paz la llevaron a una trampa mortal: la promesa de una entrevista con el líder del ELN, el cura Manuel Pérez, se convirtió en un secuestro orquestado por el cartel de Medellín. Los "Extraditables", como se autodenominaba este grupo criminal, buscaban presionar al gobierno para derogar la extradición de narcotraficantes a Estados Unidos.
Diana no fue la única víctima de esta estrategia macabra. Otros periodistas, como Azucena Liévano, Richard Becerra, Orlando Acevedo, Juan Vitta y el alemán Hero Buss, también fueron secuestrados, convirtiéndose en peones de un juego perverso. El periodismo colombiano se encontraba bajo asedio, en la mira de los violentos. El miedo se respiraba en las redacciones, en las calles, en los hogares. Cada noticia, cada investigación, cada palabra escrita se convertía en un acto de valentía. La tragedia alcanzó su punto culminante en enero de 1991. Un operativo policial en Copacabana, Antioquia, que buscaba capturar a miembros del cartel de Medellín, terminó con la vida de Diana Turbay. Tres impactos de bala silenciaron para siempre su voz, dejando un vacío imborrable en el periodismo colombiano y una herida profunda en la familia Uribe Turbay.
El recuerdo de aquel oscuro episodio sigue vivo en la memoria colectiva. Gabriel García Márquez, en su libro "Noticia de un secuestro", inmortalizó la historia de Diana y sus compañeros de infortunio, retratando la angustia, la incertidumbre y la esperanza que se desvaneció con la muerte. El atentado contra Miguel Uribe Turbay nos recuerda la fragilidad de la paz y la persistencia de la violencia en nuestra sociedad. Es un llamado a la reflexión, una invitación a no olvidar las lecciones del pasado y a trabajar por un futuro en el que la vida, la libertad de expresión y la búsqueda de la verdad no sean sinónimo de peligro. Es imperativo que la justicia se imponga, que los responsables de estos actos sean llevados ante la ley y que el ciclo de la violencia se rompa de una vez por todas. La historia de la familia Uribe Turbay es un espejo de la historia de Colombia, un reflejo de las heridas que aún no cicatrizan y de la esperanza que se niega a morir.
Fuente: El Heraldo de México